«Alberto, en su condición de esta clase media argentina ilustrada en el poder, genera una fuerza tranquila de cambio que observan las grandes potencias y que, no casualmente, es atacado desde distintos sectores», reflexionó el dirigente chileno en un reportaje con Télam.
El fundador del Grupo de Puebla,Marco Enríquez-Ominami,calificó al Gobierno de Alberto Fernández como «un faro democrático», no sólo en la Argentina, «sino en la región y en el mundo» y opinó que el «liderazgo» del Presidente «no pasa desapercibido para las grandes potencias» del mundo.
«Alberto, en su condición de esta clase media argentina ilustrada en el poder, genera una fuerza tranquila de cambio que observan las grandes potencias y que, no casualmente, es atacado desde distintos sectores, especialmente, desde los medios de comunicación que la misma derecha maneja», reflexionó Ominami.
En una entrevista con Télam, el político chileno resaltó el apoyo expresado esta semana al Presidente por parte del Grupo de Puebla, integrado por jefes de Estado y expresidentes que buscan fortalecer la opción progresista en el continente.
Ese grupo regional, a través de un comunicado, destacó el avance del «proyecto social» del Gobierno argentino en medio de la pandemia de coronavirus y resaltó el logro de la «renegociación del pesado lastre económico» que Fernández «recibió en materia de deuda externa» tras la gestión de Mauricio Macri.
Télam: ¿Cuáles son los motivos que llevaron al Grupo de Puebla a sacar el comunicado en apoyo al Presidente de la Argentina?
Marco Enríquez-Ominami: Estamos convencidos de que el Gobierno de Alberto Fernández es un gobierno humanista, inspirado en valores democráticos, un faro en el país, la región y el mundo entero. En medio de ese contexto, vemos en las últimas semanas que se repite una estrategia a nivel continental de desinformación, una agenda muy radicalizada, muy dura, de sectores de derecha que lo que hacen es, a nuestro juicio, relativizar elementos esenciales de cualquier gobierno democrático.
T: ¿Se refiere a las movilizaciones anticuarentena y los discursos de odio?
EO: Exactamente. Vemos esta situación en el marco de una pandemia, y pese a que se han registrado avances muy importantes en la Argentina, no sólo en el tratamiento de ese mal sino también en otros aspectos muy importantes como lo fue la renegociación de la deuda.
Los mismos agentes económicos mundiales han reconocido la solidez y el pragmatismo con el que se negoció. Sin embargo, hay intereses específicos que buscan minimizar esos logros y confundir.
T: ¿Esa confusión intencionada de la que habla a qué apunta?
EO: Apunta a ganar elecciones en la región para instalar gobiernos de derecha que nada tiene que ver con las consignas que pregonan.
Esto se produce en particular en la Argentina porque es un país que vive uno de los procesos políticos transformadores más influyentes del continente.
El FMI no pasa una semana sin hablar de Argentina, Francia, Alemania miran a este país. El liderazgo de Alberto Fernández no pasa desapercibido para las grandes potencias que prefieren hablar con él antes que, por ejemplo, con el presidente de Paraguay o el de Chile, que son naciones que no honran los valores democráticos.
AT: Sin embargo en las marchas opositoras siempre se habla de ´democracia, república…´
EO: Es que justamente, esa es una de las características de la derecha. Se apropia de palabras, de la formación de sentido, y lo utiliza de forma contraria a como gobierna luego, cuando llegan al poder.
La derecha no es original porque su agenda está cohesionada, porque defiende intereses y no valores y porque sus discursos basados en la demanda de libertad, república y democracia, etcétera, son hipócritas.
Por ejemplo, en la región donde son gobierno hay toque de queda, como en mi país, Chile. Lo mismo sucede en Bolivia, donde hoy hay un golpe de Estado.
Con Mauricio Macri aquí, también se hablaba de libertad y respeto, mientras se perseguía a dirigentes políticos opositores con la maquinaria del ‘law fare’.
A esto se le suman hoy mismo miles de fake news con cuentas falsas. Es una estrategia en todo el continente, la estrategia que busca la demolición de cualquier transformación basada en la justicia social, algo que defiende Alberto Fernández y por eso, el apoyo del Grupo.
AT: ¿Qué otras particularidades ven en la Argentina y en el Gobierno de Fernández?
EO: Argentina es una de las economías más relevantes del continente, es parte del G20 y tiene una fuerte clase media. Conoce la pobreza en esa tridimensionalidad y el Gobierno de Fernández es un agente de cambio. Por eso, tantos esfuerzos en desestabilizar o presentar las cosas de una forma que no son.
En plena pandemia, el Presidente de Argentina ha sabido minimizar los daños sociales al tiempo que ha tendido puentes en materia política de la mano del rechazo a las intervenciones militares extranjeras en los países, en pos de la solución pacífica de la controversia.
Siempre ha honrado la no violación de los derechos humanos y ha tendido puentes también en la crisis venezolana.
No es solo un gobierno democrático y humanista sino que también ha sido fraterno con los perseguidos de distintos países como Evo Morales en Bolivia y por eso representa los valores que inspiran a nuestro grupo.
Alberto, en su condición de esta clase media argentina ilustrada en el poder, genera una fuerza tranquila de cambio que observan las grandes potencias y que no casualmente es atacado desde distintos sectores, especialmente, desde los medios de comunicación que la misma derecha maneja.