La cercanía del ex candidato presidencial con Alberto Fernández —que desde ambos lados niegan que sea una asesoría formal— es el primer paso de su nueva encarnación como asesor y analista internacional. “El Mercurio” adelanta acá sus definiciones sobre su amigo argentino, la unidad latinoamericana, Jair Bolsonaro, y la elección en Bolivia. Matías Bakit
“¿Y él, qué rol cumple?”. Fue la pregunta que muchos de los invitados y periodistas presentes en la gira de Alberto Fernández a España y Portugal se hicieron cuando lo vieron acompañado de el ex candidato presidencial chileno, Marco Enríquez-Ominami. Luego, la prensa en Argentina y en Chile se hizo eco de esa interrogante.
“Nos une la amistad y la convicción. Juntos, con decenas de líderes iberoamericanos, fundamos el Grupo de Puebla, para reflexionar y construir un mañana próspero y progresista”, escribió ME-O, en su tuiter, a modo de explicación.
La duda, sin embargo, persistió. ¿Será su asesor internacional?
En el equipo comunicacional de Fernández ríen, suavemente, ante la pregunta de “El Mercurio”, que han escuchado antes.
La respuesta es que ME-O y Fernández son amigos desde hace más de 10 años —se conocieron en una entrevista conjunta a “Clarín” en 2009—, y comparten intereses en común, especialmente su participación en el Grupo de Puebla, iniciativa creada, entre otros, por el exdiputado y el candidato argentino, para unir a los grupos progresistas de Latinoamérica. Hoy abarca a una treintena de líderes de la región, incluyendo varios expresidentes.
Desde Argentina explican, en este contexto, que ME-O no es un asesor formal. Aunque hacen la precisión, no es imposible que ambos, debido a su confianza, “saquen partido mutuamente de esta amistad”.
Mientras, cercanos al ex candidato progresista explican que “bajo ningún punto de vista” está asesorando y que su viaje a España y encuentros con Fernández fueron solo en el marco de los intereses del Grupo de Puebla.
Sin embargo, al mismo tiempo, confirman que el 27 de octubre, día de las elecciones presidenciales en Argentina, ME-O estará en el comando de Fernández en Buenos Aires, acompañándolo y presto a celebrar un posible triunfo. Y puntualizan que no se descarta que la “sociedad” entre ambos pueda consolidarse de otras formas en el futuro.
Expertos que han seguido la campaña de Fernández explican que, por ahora, ambos tienen un objetivo en común. Que la presidencia del ex jefe de gabinete de los Kirchner sea la piedra base para la rearticulación de la unidad de las izquierdas latinoamericanas. Proyecto que les quita el sueño a ambos.
A Fernández, porque es muy consciente de que Argentina no puede ser una isla en el continente, si quiere salir de la dura crisis económica que aqueja al país.
En el caso de Enríquez-Ominami, la razón es distinta. El Grupo de Puebla es la idea base para dar forma a su nueva “vocación”: La de “analista y asesor internacional”, título con el que su equipo más cercano ya lo presenta, a nivel nacional y también en el extranjero.
Esto es porque el ex candidato presidencial tiene completamente descartado volver a la política activa en el país, decisión que tomó el año pasado. Además, cuentan sus cercanos, venía dándole vuelta a la idea desde hace tiempo, motivado por las entrevistas que realizó a diversos líderes para su documental “Al fondo a la izquierda”. Dicen que ahí volvió su “espíritu de analista internacional que ha tenido siempre”. Es esto a lo que se dedicará de ahora en adelante, junto con sus documentales y el trabajo en el Grupo de Puebla.
En este marco ya hay una estrategia para consolidar a ME-O como asesor y analista internacional, desde el lado de la izquierda. Estrategia que, como siempre ha caracterizado al exdiputado, desde su primera campaña presidencial, tendrá su base en las redes sociales.
Para ello, ya hay lista una serie de videos de Instagram, con sus definiciones sobre la elección argentina y todo el panorama de la izquierda latinoamericana.
Videos a los que “El Mercurio” tuvo acceso antes de que los suelten al público.
Fernández: “Un interlocutor de primer nivel intelectual”
En los videos, ME-O se dedica a responder preguntas de sus seguidores, solamente enfocadas en lo internacional.
El tema al que más se refiere es precisamente a su amigo Alberto Fernández, del que dice “será muy bueno para Chile”.
“Vamos a tener un interlocutor de primer nivel intelectual, con experiencia política, un hombre que ama la política y un hombre que entiende el rol de Chile en la economía argentina”, explica.
En un análisis mucho más profundo de lo que ha dicho en los últimos meses, que incluso esboza planes futuros del peronista, el ex candidato presidencial señala que “los dos países tenemos enormes inversiones comerciales en juego, tenemos desafíos energéticos comunes, tenemos desafíos turísticos comunes, y Alberto agrega a eso la posibilidad de resolver lo que no se ha resuelto en décadas: La conectividad entre Argentina y Chile. Son dos países que tienen 4 mil kilómetros de fronteras y no tienen ni un solo túnel. No hay nada que resista, el clima, la adversidad de nuestra geografía. Y yo le he escuchado reflexiones extremadamente sofisticadas sobre la idea de, económicamente, avanzar juntos. De aprovechar la ventaja de Chile como una economía que mira hacia Asia. Y también aprovechar este mercado gigantesco que es Argentina”.
Para él, Fernández “encarna un progresismo 2.0. Representa algo muy fascinante. Primero, es un hombre que representa amar la política. Si el progresismo no ama la política, no es progresismo. Dos, hizo esfuerzos gigantescos por la unidad. Tres, es un hombre que no se atormenta con el rol de los mercados. Quiere sociedades con mercado y no de mercado. A su vez es un hombre que tiene una visión de sociedad que entiende que lo público tiene que, evidentemente, considerar lo privado, pero que es lo público lo que permite garantizar ciertos derechos”.
El exdiputado considera que su amigo representará un cambio no solo para Argentina, sino que también al “progresismo de Latinoamérica”, que, en su opinión, verá su posible triunfo como un modelo para reinventarse tras las derrotas electorales sufridas en varios países del continente.
“El triunfo de Alberto va a consolidar la idea de que el progresismo puede llegar a las elecciones con rostros que encarnan lo mejor de la política. Las convicciones, las ideas, la fuerza”, expresa.
La confianza en que Fernández va a ganar las elecciones argentinas se basa, según argumenta, en la mala gestión de Mauricio Macri. “El llegó al poder diciendo que en seis meses se reactivaría la economía. Luego lo cambió por los ‘brotes verdes’. Nunca pasó nada. Y hoy los mercados están confiando más en Alberto que en Mauricio Macri. Se dan cuenta que apostaron mal. En general, puede haber excepciones, pero la derecha no defiende valores, no se preocupa de sus pueblos. Se preocupa de sus intereses, de los intereses de unos pocos. Eso pasó con Macri. Todas las medidas económicas que tomó, respecto del consumo, de la inversión extranjera, tuvieron más bien que ver con un tipo de argentino, no con todos los argentinos”.
En sus análisis llama la atención que muchas veces menciona al Presidente Sebastián Piñera, pero sin querer criticarlo. “Yo tengo una opinión muy severa de Sebastián Piñera, pero no la voy a repetir”, enfatiza.
De hecho, cree que el mandatario no tendrá problemas en mantener una buena relación con su amigo Fernández. “Chile se entiende bien con Xi Jinping, que es jefe de Estado donde no ha habido nunca una democracia. Sebastián Piñera se entiende con el mundo árabe, donde algunos gobiernos son, al menos, controvertidos, desde el punto de vista de nuestros valores. A Sebastián Piñera nunca le han importado mucho esos debates. Por tanto, creo que se va a entender perfectamente con Alberto Fernández, que es un gran demócrata”.
“Es muy probable que Evo Morales gane en primera vuelta”
Para ME-O, no cabe ninguna duda de que el actual Presidente Evo Morales se impondrá en las elecciones de Bolivia, que se realizarán el 20 de octubre.
“Va a ganar por muchísimas razones. Una, porque probablemente es el Presidente más importante de la historia de Bolivia. Es el Presidente que le ha traído paz a un país que ha tenido muchísima violencia. Además ha logrado las tasas de crecimiento sostenido más altas del continente. Pero va a ganar también por algo más. Porque ha sabido encarnar el cambio. Bolivia es muy distinto que hace 15 años. Eso lo sabe cualquiera, incluso la más férrea oposición. Y, por último, hay otra razón. La enorme incapacidad de la oposición de unirse. Y, por tanto, frente a ese nivel de división, es muy probable que Evo Morales gane en primera vuelta”.
Nostalgia por Unasur
Según Enríquez-Ominami, los gobiernos de derecha en América Latina “destruyeron la convivencia de los países”. De hecho, expresa extrañar los tiempos de Unasur, organización continental que hoy se considera obsoleta y está siendo reemplazada por Prosur.
“Cuando Unasur estaba bien, viva, cuando Celac estaba activa, los presidentes se llamaban, y había un presidente de presidentes, un coordinador, un secretario general. Había alguien que articulara. Ahora no hay nada”, dice, refiriéndose a que ese tipo de coordinación habría sido necesaria, por ejemplo, para combatir los incendios en el Amazonas.
“Hay algo de barbarie en Bolsonaro”
Sobre el Presidente de Brasil, el exdiputado aclara que “nadie, en su sano juicio, puede tener un problema porque Brasil eligiera un presidente de derecha”. Para él, el problema es otro. “Que Bolsonaro no es solamente de derecha. Hay algo de barbarie, de suprema ignorancia, algo que no habíamos visto. No respeta su propio cargo. Se puede ser audaz, pero se debe ser responsable. Se puede ser valiente, pero se debe ser responsable. Se puede ser extremadamente agudo, provocador, pero se debe ser responsable”.
La visión de La Moneda
Esta semana, en los medios argentinos, se preguntaron si al Presidente de Chile, Sebastián Piñera, le molestaría la cercanía de Alberto Fernández con alguien que es opositor a su gobierno.
Sin embargo, fuentes de gobierno consultadas por “El Mercurio” explican que, por ahora, no hay preocupación, puesto que se cree que la cooperación entre ambos, públicamente al menos, no debiera durar mucho.
Esto porque, según el análisis que hay en Cancillería, Fernández, de ser elegido, va a necesitar los buenos oficios de La Moneda para renegociar la deuda que tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, tanto en los gobiernos de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, como en el de Mauricio Macri, la Casa Rosada les ha pedido a sus pares chilenos ese apoyo.
De ahí, es que varios piensan que ME-O debiera dejar de tener una figuración tan cercana a Fernández una vez que se confirme el triunfo de este. Ahora, de continuar las “asesorías”, el Gobierno no tendría dudas en dar a conocer su incomodidad al peronista.
Claro que otros piensan que eso podría no ser tan sencillo. La razón es que recuerdan que la relación de Enríquez-Ominami con la izquierda argentina, y el justicialismo se ha ido consolidando con los años, siendo mayor que el vínculo con Fernández. De hecho, entre los pasillos de Cancillería se comenta que el exdiputado ha sido invitado frecuente al Vaticano, como parte del Grupo de la Cátedra del Diálogo y del encuentro, que el Papa Francisco formó para difundir los alcances de su encíclica Laudato si’, que tiene un fuerte enfoque en medio ambiente.
Así, son varios los ojos que esperan ver si, tras las elecciones en octubre, continuará la cercanía ME-O-Fernández, que marca el primer paso de la internacionalización del excandidato, que ya tiene próximos planes. La segunda reunión del Grupo de Puebla, que se realizará en Argentina, después de las elecciones, y la creación de los capítulos locales del conglomerado.
Fuente: El Mercurio