El excandidato presidencial chileno entrevistó para el documental “Al fondo a la izquierda” a Nicolás Maduro, Evo Morales y Dilma Rousseff para entender el retroceso de ese sector en América Latina.
Aunque es más conocido por sus candidaturas presidenciales y como líder del Partido Progresista (PRO), Marco Enríquez-Ominami ha construido camino también como director de cine y de televisión. Sin ir más lejos, su primera aproximación al mundo de la política fue precisamente a través de un documental. «Chile, los héroes están fatigados” (2002) revisaba la transformación que sufrieron algunos personajes relevantes de la izquierda chilena, que de luchar por la revolución pasaron a trabajar para el capital.
Una nueva incursión en esto de revisitar y reflexionar sobre los cambios y errores de su propio sector político la emprende con «Al fondo a la izquierda”, el documental que se estrena este martes (19.02.2019) en distintos canales de televisión europeos y que fue posible gracias a la colaboración, entre otros, del canal franco-alemán Arte. La cinta, de 57 minutos de duración, está también en la selección oficial del festival galo Figra (Festival Internacional de Reportajes de Actualidad y Documentales).
En «Al fondo a la izquierda”, Enríquez-Ominami recorre Latinoamérica buscando respuestas para el retroceso que ha sufrido la izquierda en los últimos años, y se entrevista con José «Pepe» Mujica, Nicolás Maduro, Evo Morales, Dilma Rousseff y Rafael Correa en su afán por encontrar explicaciones. «La crisis que sufren los gobiernos de izquierda me motivó a hacer este trabajo de reflexión. Me pareció interesante buscar respuestas al porqué de este desamor en un viaje por las salas del poder y las calles. Buscamos respuestas en líderes que hasta hace poco eran ejemplos mundiales de transformaciones sociales”, explica el político y cineasta a DW.
¿Saca alguna conclusión tras la realización de las entrevistas?
La crisis no es sólo de la izquierda. Es de la derecha también. No hay un líder de derecha hoy que inspire respeto. Donald Trump y Jair Bolsonaro avergüenzan a las derechas razonables del mundo. Y bueno, la izquierda tiene su propia crisis de medios, carece de herramientas para cumplir lo que propone y, por lo tanto, cuando gobierna produce frustración. Cuando gobernó redujo la pobreza, pero no la desigualdad, y aumentó el hambre de consumo, sin ser capaz en sus 20 años de éxitos de crear cambios culturales. Por eso la derecha se demoró dos años en destruir lo avanzado en América Latina. ¿Ejemplos? La integración latinoamericana.
Usted ha sido tres veces candidato a la presidencia, y en las últimas elecciones en Chile los temas que movían a los votantes no eran precisamente la solidaridad o la búsqueda de un estado protector. ¿Se replican esos fenómenos en el resto del continente?
Así es. Los procesos electorales no son originales de cada país. En todas partes las capas medias decidieron las elecciones en favor de la derecha, que aparece vinculada al mayor crecimiento y poder adquisitivo, versus una izquierda preocupada de garantizar derechos que ya existían producto de los éxitos de la misma izquierda. Nos volvimos conservadores, la izquierda se volvió conservadora.
¿Hacen alguna autocrítica sus entrevistados al respecto?
Asumo que al aceptar las entrevistas ya se hacen una autocrítica. Cuando pedimos las entrevistas siempre fuimos claros en que eran para un documental del reflexión autocrítica. Un ejercicio sobre la izquierda desde la izquierda.
¿Y cómo explican el retroceso de esa izquierda exitosa?
Cada uno tiene distintas explicaciones. Unos piensan que hay una cierta ingenuidad de la izquierda respecto a la derecha. Que la derecha no iba a tolerar perder elecciones otros 20 años y, por tanto, usaron sus medios de comunicación, fiscales y su dinero para destruir la imagen de las obras progresistas. Otros sostienen que el problema de la sucesión en el poder fue el error, y algunos, que el tema es cultural. Que la izquierda mejoró las condiciones materiales de la vida de sus ciudadanos, pero no sus condiciones culturales.
Usted dice en el documental que la derecha no gana, sino que la izquierda pierde. ¿Es eso, o a la izquierda le falta entender que las sociedades se construyen hoy sobre realidades distintas?
Repito el concepto porque es importante: la izquierda se volvió conservadora al defender sus obras en las elecciones. La derecha encarnó el cambio. Salvo en Ecuador y Venezuela, en todas partes ganó el cambio de gobierno.
Usted estuvo en Venezuela para entrevistar al presidente Nicolás Maduro. ¿Cómo ve al chavismo tras 20 años en el poder?
Es una fuerza popular, asediada, valiente y corajuda que gobierna una democracia en problemas y una economía en caída. Es un proceso complejo porque ya no es de los venezolanos, lamentablemente. Ahora el futuro de Venezuela depende de Estados Unidos, Europa, Rusia y China. Ese es un error de las potencias: cuando fiscalizan o expropian la soberanía de los pueblos, pierden todos. Las potencias también pierden en el largo plazo.
Fuente: DW.