Marco Enríquez-Ominami, tres veces candidato a la presidencia de Chile, opinó sobre la interrupción voluntaria del embarazo y sostuvo que la discusión en Chile se dificulta por la posición de los medios dominantes. «En Chile no hay medio que no sea de ultraderecha, por eso cuesta mucho que ese debate se pueda dar de manera razonable», dijo.
«Fui el primer candidato que presentó un proyecto de interrupción del embarazo y ninguna mujer me acompañó entonces. La idea del aborto legal es el derecho de la mujer a decidir sobre su vida sexual y reproductiva. A nadie en su sano juicio le puede parecer bien el aborto, pero es un tema de política pública. La discusión es si el Estado, que tiene el monopolio de la fuerza, la aplica o no hacia una mujer que aborta», aseguró Marco Enríquez-Ominami, fundador del Partido Progresista de Chile y tres veces candidato a la presidencia, quien en 2009 ya se mostraba abiertamente a favor de la legalización del aborto en su país.
El próximo martes 14 de agosto ingresará a la Cámara de Diputados de Chile un proyecto de ley que contempla la despenalización del aborto hasta las 14 semanas de gestación, similar a la iniciativa argentina recientemente rechazada por el Senado. Sin embargo, Enríquez-Ominami consideró que será difícil discutir la legislación. «La derecha controla los medios. En Chile no hay medio que no sea de ultraderecha. Cuesta mucho que ese debate se pueda dar de manera razonable, porque el periodista es esclavo de un dueño ultracatólico. Cuando se habla de aborto no se trata de si uno está a favor de la vida o de la muerte. El periodismo chileno formula preguntas completamente imbéciles. Nadie está a favor de la muerte en ningún debate. Tendremos que recentrar el debate en los términos de la derecha: que queremos salud, que cada uno tenga sus derechos, defender la vida», planteó.
Enríquez-Ominami, quien se retiró de la política «hace dos meses» y está abocado a su profesión de cineasta, se refirió al regreso de la derecha a La Moneda.
«Hace 40 años que Chile está corrido a la derecha. Chile es la Corea del Norte del capitalismo. Imagínate que la universidad pública cobra, y cobra carísimo. La segunda singularidad de Chile es que la derecha ganó legítimamente. Votó más gente en segunda vuelta y Sebastián Piñera ganó legítimamente. La derecha vuelve, es como un Mauricio Macri que regresara, y de manera más sólida. El gran error de Piñera es que dijo que íbamos a crecer y mucho. No cumplió su principal promesa, por eso se complica su luna de miel. Les pasa a todos los presidentes. Pero él creó expectativas y ahora es un preso de sus propias palabras», aseguró.
Enríquez-Ominami habló además sobre las dificultades que tienen los terceros partidos para imponerse y acerca de la derrota electoral que sufre la izquierda en América Latina.
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Fuente: Sputnik Mundo