Por Víctor Hugo Moreno
Por una Asamblea Constituyente. Así se denominó el encuentro con chilenos que el ex y futuro candidato presidencial Marco Enríquez- Ominami tuvo en Montevideo el pasado viernes. Esa es la principal bandera que tiene que alzarse para, según él, recuperar la confianza en la política. Desde la capital uruguaya conversó con DF, para analizar el discurso presidencial y el escenario político en lo que se ha llamado «el segundo tiempo» del gobierno, tras el nombramiento del nuevo gabinete.
-¿Lo dejó conforme el discurso de la Presidenta, qué temas cree que estuvieron al debe?
-Me conformó el ánimo transformador. Mantiene iniciativas como la eliminación del 5% en cotizaciones de salud, el canal cultural, hay cosas que son potentes. Pero hay dos grandes ausencias: una, el tema de la economía, eso vi poco, además en materia de infraestructura le dedicó muy poco.Y otro tema, como gran ausente, es el proceso constituyente. Un clima de confianzas requiere certezas.
-¿Por qué cree que la Presidenta no establece una postura sobre la Asamblea Constituyente?
-Estamos en un país donde se ha hablado muy poco de la AC. Muy pocos saben lo que es. Es un terreno muy complejo, yo no culpo en eso a la Presidenta, eso sí, ella está rodeada de conservadores que han logrado frenarla en un discurso sobre la AC. No veo a qué le teme. No se entiende por qué la Presidenta persevera en dudar sobre el camino constituyente.
-Bachelet anunció cabildos y diálogos ciudadanos incidentes, ¿basta con eso?
-No lo sé. Sé que a la economía no le ayuda el no tener un camino claro. El camino plebiscitario es simple y concreto. Ella tiene que aclarar la pregunta principal, quién hace la nueva Constitución, el Congreso o la gente. Si es el Congreso está equivocada, está deslegitimado. propongo que el plebiscito sea el camino. El plebiscito no es la asamblea, es la puerta.
-Con el cambio de gabinete, ¿hay un giro hacia el centro?
-Es un enigma, sólo sé que la Presidenta eligió ministros que no sé si tienen mucho margen para revertir el proceso de reformas. No sé cuánto margen tenga para no hacer una reforma previsional, por ejemplo. El problema no radica en si va a haber o no AC, la pregunta es cuándo. Es irreversible el proceso de una nueva Constitución.
-¿Cree que el nuevo ministro de Hacienda, Ricardo Valdés, viene a poner un freno a las reformas, como la laboral, por ejemplo?
-El ministro de Hacienda está dando señales para todos lados, para calmar a moros y cristianos. No imagino, en todo caso, en una monarquía presidencial, que un ministro recién designado pueda revertir el compromiso de una Presidenta que fue electa para reformar.
-¿Confía en que la Presidenta no alterará ese camino de reformas?
-Ella sí, la pregunta es si en el Congreso se va a mantener ese impulso. Porque el poder de la Presidenta es decreciente conforme se acerca la próxima elección.
-Ese liderazgo, para que las reformas sigan, ¿de quien depende, de la Presidenta?
-Va a depender de dos grandes problemas: uno, que la Presidenta las empuje, la que las sacó fue ella. Si la primaria la hubiese ganado Velasco, no habríamos tenido reforma electoral, ni las otras. Pero el otro tema es la economía, si se sigue desacelerando es muy difícil mantener el ritmo de las reformas.
-¿Habrá un mayor acercamiento entre usted y la NM, considerando que muchos, como la DC, no lo quieren cerca de ella?
-Uno debe estar preparado para competir solo, pero juntos somos más fuertes, si los conservadores de la NM no quieren primarias, estamos preparados para eso. El gran error, por ejemplo, de Andrés Velasco es decir que no quiere competir con nadie en primarias, es raro. Las primarias son justamente para construir confianzas con otras gentes, desde las diferencias construir una mayoría. No me imagino un solo dirigente de la NM que quiera repetir el bochorno del 2009. No me imagino ni a Isabel Allende ni a Ricardo Lagos Escobar, repetir eso. Estoy seguro que los progresistas vamos a contar con Isabel Allende y con Ricardo Lagos, como los grandes promotores para las primarias en todos los cargos.
El desafío de Valdés
-¿Qué habría que hacer en economía para concretar una reactivación?
-En Chile, a diferencia de otros países, el gasto público con suerte es el del 20%, el 80% es privado. La prioridad uno es construir un clima de confianza para la inversión. Después, hay proyectos de infraestructura que son esenciales y allí públicos y privados tienen que hacer un esfuerzo. Hay muchos proyectos en juego. Con mucha humildad lo digo, me pareció no escuchar eso de la Presidenta. Faltó una cierta obsesión de la economía, junto a la obsesión de las reformas, junto a la obsesión por la constituyente.
-¿Ve al ministro Valdés liderando este proceso de reactivación?
-El ministro Valdés tiene un desafío que es mantener el impulso reformador y reactivar la economía. Y eso supone mucha habilidad política, saber decirle a las fuerzas transformadoras que las reformas tienen que hacerse, pero por otro lado la redistribución de la riqueza y la justicia social, con un crecimiento bajo pierden su espacio para derrotar la desigualdad
-¿Cómo logra ese equilibrio entre proceso de reformas y reactivación económica?
-Se logra con política. El problema es la política, que es la articulación, el diálogo.
Fuente: df.cl