Inmediatamente conocida la propuesta del senador DC, Jorge Pizarro, de aumentar el impuesto a las empresas a 26% -y no a 25% como plantea el gobierno- en el Partido Progresista (PRO) se les vino a la memoria los días en que Marco Enríquez-Ominami competía por llegar a La Moneda.
Patricia Morales, directora ejecutiva de la Fundación Progresa, recordó ayer que la idea del parlamentario DC “es concordante con lo que propusimos en nuestra campaña”.
Sin embargo, sería sólo una coincidencia en un escenario donde, a juicio del PRO, falta claridad. “¿Cuánto cuesta el programa de gobierno de Bachelet?”, preguntó ayer Morales.
Su cuestionamiento surge debido a que uno de los argumentos de la Nueva Mayoría para recaudar más dinero, es mejorar la educación. “Nos preocupa que el Ejecutivo haya fijado una cifra para la reforma tributaria, 8.200 millones de dólares, sin saber cuánto destinará en Educación”, señaló la directora de la Fundación Progresa.
La preocupación de los progresistas va incluso más allá: los montos, a su juicio, serían insuficientes para financiar las reformas comprometidas por Bachelet. En ese sentido, desde el PRO plantean que es fundamental considerar algunas iniciativas, además del alza de 26% a las empresas, para asegurar mayor recaudación. Es así como proponen la creación de un royalty minero, que grave la extracción de minerales y un pago sobre la venta de activos financieros.
También promueven la reducción del IVA de la canasta básica de alimentos, con el fin de aliviar a los deciles más pobres.
En el PRO creen que estas medidas, y principalmente esta última, apuntan directamente a combatir la desigualdad, que, dicen, debe ser el gran objetivo del país.
Fuente: La Tercera