A menos de una semana de que el nuevo gobierno presente su propuesta definitiva de Reforma Tributaria, el Presidente de la Fundación Progresa, Marco Enríquez-Ominami, junto con el encargado del Área Económica y ex director del Banco Mundial, Andrés Solimano, y la Directora Ejecutiva de dicha entidad, Patricia Morales, presentaron su propia propuesta para que el gobierno, el parlamento y ministro de Hacienda, Alberto Arenas, la evalúen y así sea integrada a la próxima discusión parlamentaria.
Enríquez-Ominami, además, propuso un nuevo impuesto a la riqueza. “Estamos buscando generar más recaudación para la educación y la salud. Esta reforma tributaria tiene la gracia de que no afecta al crecimiento. Un impuesto a la riqueza, significa pedirles a los que tienen más, que hagan un esfuerzo. Es un impuesto inteligente, porque permite recaudar casi mil millones de dólares. Nos parece que ayudaría al crecimiento, a la justicia y, además, honraría a una reforma tributaria patriótica”, dijo.
Por su parte, el economista y encargado del Área Económica de la Fundación Progresa, Andrés Solimano, dijo creer “la propuesta de reforma tributaria de este gobierno se va a quedar corta en los recursos. Este nuevo paquete tributario, que recaudaría unos ocho mil millones de dólares, no va a ser suficiente para llevar adelante las transformaciones en educación, en salud, en las pensiones y para dejar recursos destinados a la inversión pública en Chile, sobre todo en un contexto de crecimiento económico más bajo.
El ex economista del Banco Mundial también dijo que “la nueva reforma es insuficiente. Nuestros cálculos indican que lo necesario de recaudar es una cifra cercana a los 13 mil millones de dólares, el 5% del PIB. Además, vemos tres ausentes que son: la gran minería del cobre, que ha sido crecientemente privatizada. No hay un aumento al royalty, ni un impuesto adicional específico. El segundo es el exceso en gasto militar para un país que resuelve problemas con sus vecinos de forma civilizada, no entendemos que en este ítem se gasten 5.500 millones de dólares. Por último, no hay un impuesto a la riqueza. Nosotros planteamos un 1% a las familias que tienen más de un millón de dólares en activos financieros”.
Por su parte, la Directora Ejecutiva de Progresa, Patricia Morales, indicó que “una reforma tributaria tiene dos objetivos: aumentar la recaudación y también corregir la desigualdad. Lo que queremos hacer es poner a disposición del nuevo gobierno, una propuesta más atrevida. Se requiere un royalty minero, porque lo que hoy existe es un impuesto a la utilidad, pero no a la extracción”.
Morales también aseguró que “hoy queremos insistir en la necesidad de un IVA diferenciado. Que es algo en lo que insistió Marco Enríquez-Ominami durante la última campaña presidencial y venimos insistiendo en eso desde hace mucho en la fundación. No es lógico que, por dar un ejemplo, un anillo de lujo pague los mismos impuestos que alimentos de primera necesidad. El IVA diferenciado debe incorporarse en el proyecto de ley y esperamos que el gobierno atienda estas peticiones.
“Los bonos no se heredan, lo que se heredan son los derechos”
Sobre el royalty a la gran minería, Marco Enríquez-Ominami señaló que “una reforma tributaria que no habla de cobre, es una reforma tributaria coja. Si hay un camino donde podemos hacer un esfuerzo en impuestos, sin afectar el crecimiento económico del país, es en el cobre. Ahí hay un espacio gigantesco para recaudar más. Es sensato además. Economías como la sueca y la australiana, aplican royalty y siguen creciendo. Logran así compatibilizar crecimiento económico con desarrollo social”.
“Hoy, desde la Fundación Progresa, junto a expertos y ciudadanos, lo que hacemos es proponer un camino de mayor profundización para no quedarnos sólo en los bonos. Nosotros valoramos que existan mecanismos de asistencia que se hagan cargo de la urgencia de lo que es vivir en la pobreza, pero los bonos no se heredan, lo que se heredan son los derechos y las reformas tributarias financian también derechos”.
Para finalizar, el Presidente de la Fundación Progresa señaló que “en Chile vivimos en una economía que no es democrática. No hay democracia cuando muy pocos se llevan mucho y muchos viven con muy poco. Por eso nosotros proponemos una reforma tributaria para la democracia económica. Porque una reforma tributaria no es sólo para recaudar más, debe ser para corregir la desigualdad”, sentenció.