Un detallado compromiso programático con la Atención Primaria de Salud (APS) dio a conocer el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. Acompañado por parte de su equipo programático del área, el presidenciable abogó por la desmunicipalización de los consultorios, propuso aumentar los actuales 2,7 médicos por cada 10 mil habitantes y que en cada consultorio exista la presencia de al menos un ginecólogo, pediatra, asistente social, sicólogo y fonoaudiólogo.
“Este es un llamado de sentido común para llegar a tener un país normal, en el que la salud primaria tenga en cada consultorio especialistas de cada área. Es algo obvio y evidente, pero que hoy no existe en los consultorios. Es por esto que proponemos duplicar la cantidad de médicos por habitantes. En Chile existen 2,7 médicos por cada 10 mil habitantes. Aún existe un déficit de consultorios, proponemos duplicar la oferta. Esto tiene un costo fiscal, pero sin duda es una inversión. A mayor salud primaria, descomprimimos en mayor medida los hospitales de alta complejidad”, señaló el candidato del Partido Progresista, Partido Liberal y otros movimientos independientes.
Enríquez-Ominami precisó: “Nuestro compromiso programático buscará incentivos suficientes para que a regiones lleguen más médicos y especialistas, y ampliar la oferta de atención primaria, garantizando en cada consultorio un ginecólogo, un fonoaudiólogo, un sicólogo, un pediatra y un asistente social. Eso es lo mínimo que se necesita. Es hora de volver a poner en el centro de esta campaña presidencial el tema de la salud, ya que los enfermos son mayorías silenciosas”.
Patricia Morales, coordinadora programática de la campaña, agregó: “El tema de la Atención Primaria de Salud no se está discutiendo lo suficiente y creemos necesario plantear la desmunicipalización de los consultorios. Lo que tenemos son diferencias abismales de los centros de atención según la comuna en la que se encuentran, y es ahí donde se juega la salud de la gran mayoría de los chilenos. Una buena y oportuna atención permite reducir costos evitando futuras hospitalizaciones”.
Morales añadió: “Se debe fortalecer la carrera de los profesionales de salud; los médicos recién egresados y todos los profesionales de esa área deben tener incentivos para quedarse y trabajar en la salud pública, eso significa conservar los derechos adquiridos por los consultorios pero a su vez mejorar su situación”.
Rafael Urriola, encargado de salud del comando, puntualizó: “Existe una gran deuda en el área de salud, la gente llega al consultorio y no tiene número. A los que consiguen se les deriva por interconsulta a un especialista, pero no hay especialistas, y a los que logran acceder se les entregan recetas con medicamentos extremadamente caros y no pueden costear el acceso a estos. Eso no se ha logrado porque no ha existido inversión en el sector público y, por el contrario, se está buscando privatizar la salud, sobre todo en este Gobierno”.
Sobre el financiamientos de estos compromisos programáticos, Marco Enríquez-Ominami explicó: “Los recursos para implementar esto se obtendrán de la reforma tributaria que planteamos, la que recaudará por diferentes vías. Propone un aumento sustantivo de los recursos vía royalty real, no el impuesto específico. Propone subir el impuesto a las empresas de forma razonable y progresiva, que va a hacer que el mercado pueda competir con reglas justas, un esfuerzo adicional en los vicios como alcoholes y tabaco, la creación de nuevos impuestos como en el caso de las hidroeléctricas. Pero por otra parte, promovemos bajar el impuesto al pan, internet y a los relacionados con la canasta base. Es un esfuerzo fiscal sustantivo mayor que lo que han anunciado los demás, para financiar un país normal”.
Finalmente, y consultado sobre el panorama eleccionario actual, el presidenciable concluyó: “Yo creo que Bachelet y Matthei representan lógicas del pasado. En el caso de Matthei, es una vocera aun más conservadora que Sebastián Piñera, un gobierno que en algunas de sus promesas fracasó. Siendo Ministra del Trabajo, no tocó ni un ápice del Código Laboral, como el derecho a huelga, negociación colectiva y repensar las reglas del trabajo. Más que la mala forma en que fue designada, me preocupa que hoy tengamos una elección presidencial que se vuelca hacia el pasado, con dos coaliciones que llevan dos candidatas que representan lógicas del pasado. Lo nuestro es el futuro. Yo creo, sueño y quiero un país distinto al que ellas sueñan; un país normal, con sentido común, y ese será el debate”.