“Tenemos una nueva crisis de desconfianza. No supieron contar a los más pobres de Chile, no supieron calcular la pobreza, no saben calcular bien el sueldo mínimo y ahora no saben contar a los chilenos. Es un gobierno que dijo que sería el de los mejores, el de los gerentes, y apenas saben las matemáticas básicas. Tenemos un Gobierno que no sabe contar y ese es un problema. Si uno no confía en las estadísticas es muy difícil avanzar”.
Con esas palabras se refirió el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami a la crisis por la que atraviesa el Instituto Nacional de Estadísticas luego de la renuncia de su director y las acusaciones de manipulación de los datos del censo 2012.
El presidenciable se refirió a este tema en la comuna de Ñuñoa, lugar donde sostuvo un Diálogo Por Un Nuevo Chile junto a vecinos del sector, la Presidenta del Partido Progresista Patricia Morales, el Secretario General Camilo Lagos y el Concejal de Providencia Jaime Parada.
Enríquez-Ominami agregó: “Nos preguntábamos hoy en el equipo si el director del INE había obtenido su título en Aplaplac. Es impactante que el director del INE esté bajo acusaciones que son súper delicadas. Se trata de no saber contarnos a nosotros mismos los chilenos”.
“La renuncia del director del INE es insuficiente. Lo que hoy necesitamos es que el Gobierno dé una explicación contundente y oportuna sobre lo que está pasando en el INE. Su renuncia detona una crisis, pero no soluciona el problema”, señaló el candidato, y agregó: “Estuve en Argentina hace un par de días y un ministro me preguntó cuántos éramos. Tuve dificultad para responderle. Se hace cada día más difícil hacer políticas públicas sin cifras correctas. Si no podemos contar a los chilenos es difícil solucionar las dificultades de la gente”.
El candidato del Partido Progresista y movimientos independientes hizo también un llamado al Gobierno: “Quedan 6 meses para la elección. Le pediría al Presidente de la República que frene parte de su agenda. Lo único que se le puede pedir es que no metan más la pata y que no sigan en sus reformas que en su mayoría han revelado ser traumáticas e improductivas, además de ineficientes”.
“Esta es una evidencia más que este gobierno tuvo su oportunidad y se la farreó y que la Concertación no va a hacer en cuatro años lo que no hicieron en 20. Para nosotros es fundamental el cambio y a eso convoco a los chilenos”, señaló Enríquez-Ominami.
Consultado sobre el fallo de la Corte Suprema contra Cencosud y su entonces gerente general Laurence Golborne, el presidenciable respondió: “Yo no actúo de consejero moral de los demás candidatos, pero creo que es impresentable la acusación que se le hace, pero más aun la respuesta que da. Él dice que si me pagan dinero y me dan una orden yo la cumplo aunque sea impropia. De acuerdo con el Sernac, él aplicó una política impropia.
Vale decir que este candidato no va a actuar de acuerdo a sus principios, sino que según quién le paga el sueldo. Si quiere ser Presidente de Chile no queremos que los que lo financiaron manden en La Moneda sino que sus visiones de sociedad y convicciones. Su respuesta es tanto o más grave que la acusación en sí”.
Sobre el mismo punto, Enríquez-Ominami agregó: “Ha quedado confirmado que Laurence Golborne es mucho más el candidato de la letra chica que sólo el candidato de la UDI”.
Consultado sobre las elecciones primarias, concluyó: “La primarias a las que van a asistir en la Concertación y en la derecha son primarias truchas. No son en todo Chile ni para todos los cargos. Es una vez más la cutufa de cuatro presidentes de partidos, un arreglo impresentable. Afortunadamente las candidaturas que crecemos al margen y haciendo una crítica al sistema político vamos creciendo”.
Tras las declaraciones, Enríquez-Ominami se reunió con más de medio centenar de vecinos de Ñuñoa, quienes le plantearon sus propuestas e inquietudes sobre educación, reforma tributaria y transporte público, entre otros temas.