El Parque de las Esculturas, en Providencia, fue el lugar escogido por el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami para presentar el equipo y una serie de inéditas propuestas de Energía y Medio Ambiente.
Acompañado por Miguel Márquez –coordinador de Energía y Medio Ambiente– y los asesores Matías Negrete y Claudia Rodríguez, el presidenciable detalló que se está confeccionando un equipo de alrededor de 90 profesionales expertos en la materia.
“Rechazamos sin ambigüedad a HidroAysén por razones de concentración de la generación de energía en pocas manos, de soberanía, de estrategia, de sustentabilidad y por razones económicas. Consideramos que sus costos, su concentración económica, sus condiciones ambientales, sociales y políticas la hacen una opción inaceptable”, señaló Enríquez-Ominami.
Miguel Márquez agregó: “Proponemos cambiar la política del ‘más vendo, más gano’ por el ‘mejor usamos la energía, más ganamos todos’. Concretamente pensamos cambiar el tarifado y procesos de formación de precios de la energía, fomentar masivamente las energías renovables y cambiar los métodos de evaluación ambiental de los megaproyectos energéticos. Además de sentar las bases para un cambio de la matriz energética, sucia y cara, por otra limpia y menos vulnerable. Finalmente proponemos fomentar una participación informada de la gente en la toma de decisiones respecto de los proyectos energéticos”.
Márquez agregó: “En otras palabras, queremos cambiar las reglas del juego de los mercados energéticos, única opción de enfrentar adecuada y oportunamente los desafíos ambientales y de competitividad en esta materia”.
El presidenciable agregó: “Queremos que los chilenos paguen el agua a precio de agua y no de petróleo. Estas medidas de una contrapropuesta de inversión del Estado en energías renovables no convencionales y de repensar la materia energética. Vale decir, un rol del Estado mucho más importante”.
El candidato del Partido Progresista y movimientos independientes fue consultado sobre la acusación constitucional aprobada contra el ministro de Educación Harald Beyer. “Lo de ayer en el Senado fue una mala obra de teatro con muy malos actores, los mismos que ayer lloraban por la destitución del ministro son los que, de manera cruel, destituyeron a otra ministra”.
El presidenciable enfatizó: “La acusación constitucional no exculpa a la Concertación de 20 años de silencio y de privatización de la educación. Lo que vimos es como la cachetada del payaso, nada muy convincente. Lo importante es que triunfó la calle, el sentido común y la normalidad ya que se castigó a un gobierno que define a la educación como un bien de consumo”.
Sobre lo que se viene, acotó: “Ahora la tarea es hablar de futuro y que nunca más un ministro de educación crea pueda actuar a medias tintas arrastrando los pies respecto de un escándalo”.
Enríquez-Ominami concluyó: “Lo que hace Carlos Larraín y compañía es como un discurso de la Unidad Popular. Decir que empezó la guerra son amenazas constitucionales que no corresponden. Los invito a ser serenos. Estas declaraciones histéricas de que se acabó el mundo no es cierto. Sólo se fue un ministro que era parte de un Gobierno que defendía la educación como un negocio cuando ésta es un deber”.