Acompañado por Rafael Urriola, asesor programático en temas de salud, y un grupo de adherentes, el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami llegó hasta el frontis de la Superintendencia de Salud para referirse a las históricas ganancias de las isapres recibidas el año pasado y la imposibilidad de los afiliados de cambiarse al haber una preexistencias.
“La Superintendencia no puede transformarse en la multiplicadora del discurso comercial de las isapres. Su objetivo debería ser todo lo contrario, fiscalizando cuando es necesario. Este es un sistema de salud en crisis y necesitamos un cambio estructural”, declaró el presidenciable.
Respecto a las utilidades recibidas el año pasado, que ascendieron a más de $80 mil millones –las más altas desde 1990–, Rafael Urriola declaró: “No hay problema con que existan las utilidades, pero estas utilidades se generan desde un mal servicio y a costa de la salud de las personas, quienes han presentado miles de recursos contra las ispares”.
Enríquez-Ominami, quien en febrero interpuso un recurso de protección contra su isapre por el alza unilateral en el precio de su plan, agregó: “Tener una isapre en este momento es tan buen negocio como tener un banco. El presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, aseguró que están conscientes de que hay un problema con las preexistencias y que creen en la autorregulación. Nosotros planteamos a la Superintendencia, coherente con la propuesta de una sola seguridad social, que los usuarios de Fonasa con el 7% ingresen a un gran seguro social sin un pago adicional”.
Para finalizar, el candidato presidencial del Partido Progresista y movimientos independientes agregó: “Aquí hace falta un sentido de responsabilidad social por parte de las isapres. En el caso de la Superintendencia, ésta necesita regularizar y velar porque los chilenos estemos informados y no en medio de la nebulosa constante de las isapres”.
Para descargar las propuestas de reforma al sistema de salud presentadas por Marco Enríquez-Ominami, clic aquí.