El candidato presidencial del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, junto a su coordinador en temas de energía, Miguel Márquez, entregaron su postura sobre el futuro energético del país. Esto luego de lo expuesto por el presidente Sebastián Piñera en la Cena Anual de la Energía realizada hace pocos días.
«El Partido Progresista ha denunciado en múltiples ocasiones que Castilla, Barrancones e Hidroaysén y la carretera pública eléctrica representan soluciones del siglo pasado a los problemas y desafíos energéticos de los próximos 30 años», expresó el presidenciable del PRO, quien agregó: «La opción nuclear y la insistencia en ella por parte de este gobierno y de algunos precandidatos, se inscribe en este mismo contexto, con el agravante que usan el artilugio de sólo financiar estudios».
«Chile posee una de las matrices eléctricas más sucias, caras e inseguras en el suministro eléctrico. Paralelamente, los mercados eléctricos presentan elevados grados de concentración y las millonarias rentabilidades de los conglomerados se mantienen o aumentan año tras año y se conjugan con tarifas altas. De las más altas del mundo», expresó Enríquez-Ominami.
Miguel Márquez, quien se ha desempeñado como consultor de temas energéticos para embajadas y organismos internacionales y tiene a su haber más de 50 estudios, publicaciones y artículos en Chile y el mundo, agregó: «A fines de 2011, la generación eléctrica proveniente de las ERNC –principalmente eólica y solar– representó el doble de toda la producción de energía eléctrica de las 439 centrales nucleares en el mundo. Mucho más adecuado que megacarreteras e interconexiones de sistemas o térmicas a carbón».
«Chile debe usar mejor la energía de la que dispone, promover las diversas medidas asociadas a una producción de energía sustentable y limpia. Es falso que estas soluciones sean más caras que la convencionales. Lo demuestra el propio negocio eléctrico a nivel mundial, sólo que estas tecnologías son posibles con reglas del juego más justas, equitativas y sustentables», agregó Márquez. «Apelamos a todos los actores, incluidas las empresas eléctricas, a establecer condiciones en que ganen todos: el país, la gente, el medio ambiente y las eléctricas, pero ello exige establecer mercados con condiciones más justas y aceptables para la totalidad de los involucrados».
Enríquez-Ominami expresó que cualquiera sean las opciones energéticas, «es fundamental cambiar las reglas del juego que se mantienen desde la dictadura y que han sido apenas maquilladas durante los gobiernos de la Concertación. No habrá posibilidad alguna de apostar e incentivar verdaderas soluciones energéticas sustentables sino se cambian estas reglas del juego».
«Modificar dichas reglas significa: cambiar el más vendo más gano hoy imperante en los mercados energéticos por el mejor usamos la energía más ganamos todos», concluyó.