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[El Mercurio] El publicista francés que presentó a Sarkozy y Carla Bruni apoyará campaña de Enríquez-Ominami

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Asesoró a Ricardo Lagos y ahora aconseja al líder del PRO. Aquí da sus recetas para un candidato presidencial: «Se vota por una persona, no por un partido; se vota por el futuro, no por el pasado; se vota por un proyecto, no por un programa».

 

Extraño a Chile. ¿Por qué no somos vecinos?», dice bromeando Jacques Séguéla desde París a «El Mercurio», recordando que ha vuelto varias veces a pescar truchas en el sur.

Claro que recorrió el país en su juventud, a bordo de una citroneta, visitando Valparaíso y el desierto de Atacama.

Séguéla es un tipo afamado en Francia. No sólo por haber sido quien presentó en su casa, en una cena de amigos, al ex Mandatario Nicolas Sarkozy y a la modelo Carla Bruni, que terminó siendo su Primera Dama. Tampoco por ser muy cercano al actor de Cyrano de Bergerac, Gérard Depardieu.

El publicista es conocido por haber asesorado a candidatos como François Mitterrand, que pasó 14 años al mando de Francia. O a Vaclav Javel, en Checoslovaquia.

De paso, ha escrito libros como el titulado «No le digas a mi madre que trabajo en publicidad. Ella piensa que soy pianista en un burdel».

También tuvo un rol en Chile. Estuvo en la campaña presidencial de Ricardo Lagos, en 1999. No sin polémica. Una que se mantiene hasta hoy con Eugenio Tironi, luego de que el abanderado no ganó en primera vuelta frente Joaquín Lavín.

En su libro, «El vértigo de las urnas», relató su experiencia en Santiago y trató al sociólogo como el «Judas» del proceso y como «consultor de pacotilla». A lo que Tironi respondió en su momento: «Él no estuvo en la segunda vuelta presidencial, lo cancelaron. Espero que con sus clientes no practique tanto la mentira».

La primera vuelta «era una victoria que él consideró como derrota», dice hoy Séguéla. «Más yo no tengo amargura ni rencor contra Eugenio… No me arrepiento de nada, no tengo remordimientos».

Claro que sí tiene buen recuerdo de su amigo Ricardo Lagos y de la campaña. «Ésta fue para mí la más dura, la más vibrante que he tenido la oportunidad de impulsar». Y cree que Lagos era lo que Mitterrand fue en Francia: «La fuerza tranquila», como decía el eslogan.

Ahora, en el comando de Marco Enríquez-Ominami se espera que regrese en noviembre, para aconsejarlo en su nueva carrera a La Moneda.

Ambos se conocieron en la campaña del 99. «Marco me cayó bien desde el primer día. Tenía 25 años y ya comprendía de la publicidad y la política. Es un perro de buena raza», dice. En esos tiempos, el entonces cineasta, quien había vivido su infancia en París, le sirvió de traductor.

Nunca han perdido el contacto. De hecho, estuvieron juntos hace dos semanas en la capital francesa.

Las recetas de Séguéla

«Su entrada en política es un caso de estudio -dice sobre ME-O-. ¡Vaya resultado! Veinte por ciento sin partido, o casi; sin apoyo, o casi; sin medios, o casi; en 20 presidenciales yo nunca vi un fenómeno así», dice sobre la campaña pasada.

Está convencido de que el líder del PRO, quien ya anunció que llegará a primera vuelta, encarna una trilogía: «modernidad, eficacia y generosidad».

De paso, da sus recetas para toda carrera a convertirse en Mandatario. «Se vota por una persona, no por un partido. Se vota por el futuro, no por el pasado. Se vota por un proyecto, no por un programa. Más allá de las múltiples promesas que se entremezclan y se neutralizan, los electores se deciden por la visión del candidato. Es lo que Charles de Gaulle llamó ‘una cierta idea de Francia’, John Kennedy ‘las nuevas fronteras’, Lula da Silva ‘el Brasil para todos’».

Claro que también se muestra crítico ante lo que hacen los candidatos una vez instalados en el poder. Sin ir más lejos, se refiere a los errores de su amigo Nicolas Sarkozy. Séguéla dice que lo afectó «la peor crisis económica que ha vivido Europa», pero que cometió faltas. «Demasiado activismo, demasiados insultos, demasiados proyectos lanzados, demasiadas leyes votadas», dice de quien era llamado, elogiosa y también despectivamente, «hiperpresidente», vencido por François Hollande.

Séguéla cree que los electores han cambiado debido a internet y que eso podría ayudar a Enríquez-Ominami. «Hoy, el elector se ha convertido en el actor, la red ha abierto las puertas de la democracia participativa de la comunicación».

«La televisión -dice- hace la elección, pero la red la puede deshacer. De ahí la necesidad de dominar esta herramienta del diablo y de Dios, hacer de internet el transmisor preferido; de las redes sociales, la fuerza militante, de su blog, el creador de noticias y de expectativas. Obama lo hizo en su momento».

«Ahora -concluye- los conquistadores del poder serán hijos de la red.

Recuadro : »Su entrada en política es un caso de estudio -dice sobre el precandidato-. ¡Vaya resultado! Veinte por ciento sin partido, o casi; sin apoyo, o casi.»

Fuente: El Mercurio