Recuerda que en 2009 intentó un camino que no fue suficiente, “porque no daba la suficiente garantía por la falta de equipo y asumí la derrota”. Hoy, es fundador del Partido Progresista que ya le ha pedido dos veces ser candidato presidencial.
Marco Enríquez-Ominami sigue en carrera. Pese a que aún no ha sido proclamado oficialmente, todo indica que será nuevamente candidato presidencial. Esta vez ha mostrado su capacidad de organización, disciplina y perseverancia, sacando adelante su partido Progresista y postulando a más de mil representantes a las municipales. Con la pasión y energía de sus 39 años, ha recorrido el país impregnándose en vivo y en directo de las demandas ciudadanas para representar lo que él señala será el verdadero cambio.
– ¿Esperabas tener un 4% en la encuesta CEP?
– No. Para ser franco tenía una expectativa mucho más baja. He hecho un trabajo silencioso, sin que los medios de comunicación, en especial, la televisión me hayan cubierto. Un estudio de la Universidad Diego Portales (UDP) revela que en junio sólo estuve 50 segundos en pantalla y en dos años y medio, los noticiarios simplemente me ignoraron. Todos sabemos la importancia de ese medio y bueno pese a ello, aquí estoy, vivito y coleando…
- Con todo, el 4% no es para estar muy contento…
– He recorrido casi todo Chile construyendo un partido y lo logramos pese al desprestigio de la actividad política y de sus clásicos interpretes, y en cuanto a la cifra, sólo puedo decir que hay una fuerte dinámica de crecimiento. Las encuestas, todas ellas, muestran que soy un contendor relevante. La campaña será como los juegos olímpicos. Lo importante hoy es poder clasificar. Estamos aún muy lejos del punto de partida y aún no ha sido lanzada mi candidatura.
– ¿A qué se debe que sigas siendo un sobreviviente de la política?
– Me pueden criticar por muchas cosas, pero me podrán conceder que he sido perseverante y que he tenido un temple que no han tenido muchos de mis colegas. Me han dicho de todo, que no resistiría la travesía por el desierto, que al no estar en el Congreso firmaba mi defunción, que sólo era el cometa Halley, que sin rol público desaparecería… pero aquí estoy compitiendo. Allamand y Golborne tienen todos los días una orgía televisiva, Andrés Velasco tiene una hueste presidencial detrás suyo, Orrego lleva siete meses en campaña, Ximena Rincón otro tanto. Yo estoy haciendo un trabajo de terreno, he recorrido más de 240 comunas y siento que hay una mayoría relativa que se identifica con nosotros pues nos ve como un cambio de verdad, lo que no sucedió el 2009.
– ¿Crees en la actual institucionalidad política?
– No conozco una democracia sin partidos políticos, pero los partidos no deben tener el monopolio de la política. Creo y valoro las candidaturas independientes y en su momento presenté leyes para bajar barreras de entrada a éstas. Yo no haré lo que hicieron conmigo. Ojalá compitan Velasco, Orrego, Rincón, Parisi, todos. No estoy en la onda de bloquearlos, al revés, tengo un proyecto de ley listo para que se vuelva a legislar sobre eso.
– ¿Cómo consideras tus propuestas para Chile, reformistas o revolucionarias?
– En educación, considerando mi adversario, soy un revolucionario. Gratuidad al 100% en las universidades estatales lo que es un cambio completo. Se dice que los hijos de los ricos no deben estudiar gratis, cuando es el papá el rico que debe pagar impuestos y no el hijo. Estoy convencido que los ricos deben estudiar con los pobres y los pobres con los ricos y eso se logra dando gratuidad en las estatales laicas y republicanas. En eso soy revolucionario, de vanguardia. Ni la Alianza ni la Concertación creen en eso.
– ¿Debe cambiarse el modelo económico?
– Deben cambiarse las reglas del modelo, por ejemplo, la subsidiariedad del Estado. Creo en una economía mixta, donde también existan AFP estatales, transporte público estatal. En salud, educación y transporte requerimos más Estado, pero estoy completamente disponible para que el “ogro filantrópico” del que hablaba Octavio Paz para referirse al Estado, juegue de otra manera. No creo que al Estado haya que fotocopiarlo por igual en todas las áreas porque son distintas. En algunas tiene que cumplir un rol más promotor en otras, más regulador.
– Ya intentaste un camino presidencial el 2009 ¿Qué hace la diferencia hoy?
– En 2009 intenté un camino que no fue suficiente. Se instaló la idea que no daba la suficiente garantía por la falta de equipo y asumí la derrota. Hoy, sin embargo, soy fundador de un partido y de una fundación que genera propuestas periódicamente y pese a que nadie lo publicó, el consejo federal, por unanimidad, me ha pedido ya dos veces que sea candidato presidencial.
– ¿Y a quiénes vas a seducir para aumentar tus electores, a los de la centro-derecha o a los de la centro-izquierda?
– Creo que en Chile la izquierda y la derecha son un juego de etiquetas y no voy a entrar en ese juego infantilizante. El progresismo busca empujar los límites de la sociedad actual. No le regalo a la derecha el monopolio de lo conservador porque compite con una izquierda considerada dura que también es extremadamente conservadora. Ahora, si me preguntas cuál es nuestro domicilio, obviamente no es la UDI, no es la derecha. Evidentemente es la centro-izquierda y no hay dudas al respecto. Nosotros queremos construir con los jóvenes, con los decepcionados de Piñera que se inscriben en el liberalismo y también con las bases de la Concertación. Hay una oportunidad gigante con los segmentos más jóvenes, en el centro y en la izquierda.
– ¿Cuáles serían los tips de tu programa de gobierno?
– Debemos luchar por una sociedad en donde el más rico pague más que el más pobre; donde el más joven ayude al más viejo y donde exista un sistema de AFP donde el Estado compita con el mercado.
– ¿Es cierto que dejaste la presidencia del partido Progresista?
– Si. Hace tres semanas y de común acuerdo, el Consejo Federal me pidió que dejara la Presidencia para dedicarme a las municipales. La idea es darle visibilidad a toda la directiva.
– ¿Cómo están tus relaciones con la Concertación?
– Nada de buena con algunos dirigentes, aunque estoy apoyando a 35 candidatos a alcaldes de la Concertación. No veo reciprocidad en eso, ni la pido. En Puerto Montt perseveran con un candidato que no va a ganar y no nos perturba competir contra el duopolio. Así como el cambio no llegó con Piñera, no llegará con quienes ya gobernaron.
– ¿Cómo pretendes competir con Bachelet?
– Ella no ha dicho que quiera ser candidata y está en Nueva York. Yo estoy en Chile y he dicho que seré candidato. Cuando ella cumpla con dos consideraciones básicas, cuales son estar en Chile y decidir que se postulará, me referiré a su protagonismo y a su liderazgo.
– Todo indica que lo será…
– Ella dijo una frase y la felicité por ello: que no había que repetirse el plato. En todo caso, puedo adelantarte su lista parlamentaria: Girardi por Santiago, Pizarro por La Serena, Escalona por Puerto Montt, Frei por Valdivia, Letelier por Rancagua… Flor de equipo. Ese sería su team senatorial. La verdad es que yo no tengo ningún temor de competir con eso.
Fuente: df.cl