En la región de Atacama, tierra de Pedro León Gallo, se ha desatado una crisis educativa de proporciones alarmantes. Este problema, que llevaba tiempo gestándose, ha alcanzado un punto crítico. Treinta mil estudiantes se ven afectados, y la necesidad de una pronta solución es apremiante.
La educación en Atacama está en estado de emergencia, y la indiferencia no puede ser una opción. Los estudiantes de esta región merecen una educación de calidad, en igualdad de condiciones con sus pares en todo Chile.
Esta crisis lleva ya cerca de dos meses, afectando a alrededor de 30,000 estudiantes en 46 colegios. La falta de condiciones adecuadas para la enseñanza, tanto en infraestructura como en programas de integración escolar, es la raíz del problema. La mala administración del Servicio Local de Educación Pública (SLEP), marcada por acusaciones de malversación de fondos, es señalada como responsable.
La situación es crítica en algunas comunidades, donde la infraestructura escolar y las condiciones actuales en muchos colegios no permiten la enseñanza regular. Se están vulnerando los derechos de los estudiantes y los profesores. De los 60 colegios que el SLEP administra en la región, solo 14 están operativos.
El Colegio de Profesores ha solicitado con urgencia la intervención del presidente de la República y del Estado de Chile, argumentando que el Estado ha incumplido su deber. Han propuesto un “Plan Atacama” que requiere una inyección de recursos para garantizar que los establecimientos educacionales cuenten con las condiciones básicas, como agua y alcantarillado, para ofrecer una educación de calidad.
El Ministerio de Educación (Mineduc) ha descartado la idea de finalizar anticipadamente el año escolar. En cambio, están considerando habilitar un sistema de clases telemáticas para evitar que los estudiantes pierdan el año.
La educación es un derecho fundamental, y los jóvenes de Atacama no deben ser víctimas de la ineficacia de la administración. Marco Enríquez-Ominami hace un enérgico llamado al Gobierno a actuar con rapidez, intervenga y tome medidas inmediatas para restablecer la educación en la región. El futuro de miles de estudiantes está en juego, y no podemos permitir que esta crisis continúe. La inversión en educación es una inversión en el futuro de Chile.