Las Sociedades Anónimas Deportivas (SADP) fracasaron.
No trajeron títulos, ni transparencia. Solo dejaron una estela de deudas, violencia y clubes secuestrados por intereses privados. Convirtieron el fútbol chileno en un negocio, pero sin asumir ninguna de las responsabilidades que ello implica.
Mientras las SADP lucran sin rendir cuentas, son más de 5.000 clubes de barrio los que realmente sostienen el tejido social del deporte en Chile. Son ellos quienes dan paz, organización y sentido de comunidad, en cada rincón del país.
Si es un negocio, que pague como negocio
Hoy, los grandes eventos deportivos hacen uso de Carabineros, calles, seguridad pública y servicios del Estado, sin aportar un peso en impuestos.
Si transformaron el fútbol en un negocio, entonces deben pagar como cualquier chileno.
Tres propuestas concretas para financiar el deporte popular:
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Contribución del 1% a las ganancias de cadenas de comida chatarra, cuyas marcas invaden los estadios y pantallas.
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Impuesto del 10% a casas de apuestas online, si es que se pretende legalizarlas en Chile.
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Aporte obligatorio de espectáculos deportivos masivos, para financiar el deporte formativo y comunitario.
El fútbol es pasión popular, no propiedad privada
El fútbol no puede seguir en manos de directorios que no entienden su valor social. No puede seguir capturado por sociedades que no responden ni al hincha, ni al barrio, ni al país.
Hay que devolverle el fútbol a su gente.
Es hora de que el Estado se ponga del lado de la mayoría.
Es hora de terminar con el abuso de las SADP.
Es hora de que el deporte vuelva a ser un derecho, no un negocio.