Entiendo el enojo de la gente. ¿Cómo no va a dar rabia que, después de décadas prometiendo cambios, el Estado siga cobrando más y haciendo menos? Seguridad, educación, salud, crecimiento, pensiones, acceso al agua e internet —siete deberes fundamentales— fueron traspasados a los hombros y bolsillos de los ciudadanos.
¿Cómo no va a dar rabia que gobiernos que prometieron terminar con esta injusticia histórica hayan hecho las cosas tan mal que hoy la gente paga más, vive peor y está más sola frente a los abusos?
¿Cómo no va a dar rabia que vivamos sin protección institucional —sin un Estado capaz— frente al vértigo del mundo? Frente a la revolución tecnológica, las guerras, el nuevo orden multipolar. Frente a la incertidumbre del trabajo, su valor y su reemplazo. Peor aún, gracias a la reforma de pensiones, ahora se obligará por ley a los trabajadores a prestar aún más de sus ahorros previsionales a bolsas internacionales que operan como ruletas para millonarios.
¿Y cómo no va a dar rabia que quienes llevan décadas en el poder —como parlamentarios, ministros, altos funcionarios— decidan bajarse del gobierno antes de tiempo, renunciando al 25% de sus mandatos, para prometer que a partir de marzo, ahora sí, cumplirán? Son como ese viejo almacenero que colgaba un cartel: “Hoy no se fía, mañana sí”… Hoy no se gobierna… ¿mañana sí?
Da rabia. Y yo lo entiendo, porque intenté durante meses entrar a esas primarias para representar ese enojo con propuestas de esperanza. Pero se cerraron a las ideas nuevas y a las críticas honestas. Prefirieron la comodidad de la continuidad antes que el riesgo del cambio. Por eso, hoy anuncio que he decidido reunir patrocinios, el tuyo, para competir como independiente por la presidencia de Chile.
Estoy preparado. Llevo años preparándome y tengo la voluntad de cambio. Pero esto no lo puedo hacer solo. ¡Hagámoslo juntos! Y para eso sólo tienes que darme tu patrocinio, con tu clave única en este sitio https://patrocinantes.servel.cl. Recuerda que patrocinar no significa votar, sólo significa que mis propuestas de cambio y esperanza lleguen al debate. No te pido tu voto, todavía… te pido tu patrocinio para estar en la papeleta.
Cuento contigo.
Marco Enríquez-Ominami
