Una serie de propuestas en favor de las regiones y un emplazamiento a que los demás presidenciables se refieran a este tema planteó hoy el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. El candidato se refirió también a las declaraciones de Pablo Longueira sobre los inmigrantes y la reforma tributaria propuesta por Michelle Bachelet.
“Proponemos un semi presidencialismo y crear la figura del Primer Ministro, porque creemos que no es correcto que alguien sea Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, y Jefe de coalición. Proponemos también un sistema de federalismo atenuado, con presidentes regionales. Cada región tendrá un Presidente de un Consejo Regional”, señaló el candidato del Partido Progresista, Partido Liberal, Movimiento del Socialismo Allendista y otros movimientos independiente.
Enríquez-Ominami agregó: “Para esto debemos terminar con esta Constitución que no reconoce el multiculturalismo. Proponemos que los pueblos originarios sean reconocidos por la Constitución. Lo mismo en materia tributaria, creemos en una lógica tributaria nacional, pero efectivamente con un sistema de compensaciones para regiones que hoy día alojan los grandes proyectos productivos, como es el caso de Calama”.
El candidato matizó: “En materia policial proponemos una sola Policía. No proponemos un federalismo al estilo argentino, norteamericano o mexicano. Promovemos una Policía nacional, que tenga presencia regional pero una coordinación nacional”.
Patricia Morales, coordinadora programática de la candidatura, agregó: “Hacemos un llamado a que los otros candidatos se pronuncien sobre la necesaria descentralización y la urgencia de transmitir poder a las regiones. Vemos que el presidencialismo de Chile y la alta concentración de poder en Santiago lo que provoca es una reproducción de las desigualdades y segregación a nivel de regiones”.
Morales argumentó: “El mejor ejemplo es el PIB per cápita. Si bien a nivel nacional es de 20 mil dólares, en Antofagasta es de 30 mil dólares, mientras que en la Región de Los Ríos sólo alcanza 11 mil dólares. Nuestro principio básico es llegar al poder para transferir poder, materializado en una nueva Constitución”.
Sobre el mismo punto, el candidato presidencial señaló: “Menos poder es más poder. Nuestra propuesta contempla que las regiones recuperen autonomía. Proponemos no reproducir este discurso que hace Longueira que a mi juicio es extremadamente peligroso. Crear más regiones –lo que es correcto–, pero la manera en que él lo hace significa aumentar el patronazgo en Santiago”.
Respecto de las declaraciones del precandidato UDI sobre inmigrantes en Chile, Enríquez-Ominami señaló: “Me parece gravísimo. Pablo Longueira se ha permitido decir en estos días algo que es propio de los discursos xenófobos. Ha terminado develando lo que él tiene en su corazón, que es un sentimiento profundamente xenófobo. Decir que los extranjeros son un amenaza para el empleo de las mujeres chilenas es francamente una caricatura. Estas frases en Europa fueron el germen de los peores hechos de violencia. Cuando un político parte diciendo que cada extranjero es alguien que le quita el pan y el agua a un chileno, lo que está provocando es la máxima agresividad. Hoy se develan un pensamiento y un juicio que bordea lo racista, y lo digo con toda responsabilidad. Lo que acaba de decir Pablo Longueira lo transforma en el candidato heredero de Jean-Marie Le Pen en Chile, líder de uno de los movimientos más agresivos en Europa”.
Consultado sobre la reforma tributaria propuesta por Michelle Bachelet, el candidato respondió: “No nos parece que Bachelet quiera bajar el impuesto a los más ricos de 40% a 35%. Su idea es subir el impuesto a las empresas, pero bajarle el impuesto a los más ricos, que son justamente los dueños de las grandes empresas. En otras palabras, queda en nada. Por otro lado, no toca el IVA, por lo que no se está atacando el problema. Al ciudadano de a pie le da lo mismo una reforma de este tipo si es que sigue pagando 19% de impuesto por una marraqueta”.
El candidato concluyó: “Creemos que la reforma tributaria propuesta por Bachelet tiene elementos regresivos, es una reforma insuficiente y representa una multiplicación de lo que se ha venido haciendo, que son ajustes tributarios, que son insuficientes y no apuntan al corazón. El IVA sigue siendo el gran desafío en materia de tributos. De lo contrario seguiremos en la misma avenida que hemos venido recorriendo hace 25 años y que ha hecho de Chile el país más desigual de América Latina”.