A ustedes que apoyan, apoyaron y apoyarán este proyecto colectivo, que encarna una promesa de un bien común, de un futuro mejor.
A ustedes que construyen a lo largo del país de manera incansable una sociedad justa y próspera. A ustedes que apoyan y multiplican nuestro espíritu de mejorar las cosas, que buscan un Chile mejor, más inclusivo y justo.
Les doy las gracias por creer, confiar y luchar por el cambio en Chile.
En cada esquina, en cada puerta a puerta, en cada banderazo, en cada reunión que hacemos, siento su entereza, su esperanza y su empuje. Me llenan de energía para seguir, doblegar fuerzas ante el cansancio y los golpes que recibo. Pero al igual que ustedes, cuando nos mueven nuestras convicciones, se pone todo el corazón y creatividad posible. Y seguimos luchando.
Los grandes desafíos y conquistas implican a su vez grandes sacrificios y sé que todo el coraje que ustedes brindan y el que yo empujo, traerá grandes frutos. Lo creo y así lo veo al verlos a los ojos en mis recorridas por sus casas en cientos de comunas de nuestra patria.
Voy a ser sincero con ustedes, han sido duros estos últimos meses. Soy un hombre de familia, que ama con toda su alma a Karen, Fernanda y Manuela. El verlas atentas, solidarias y a veces impactadas ante tan mentira y violencia respecto de mí, confieso que me ha hecho dudar.
Que se me acuse sistemáticamente, para intentar frenar nuestro proyecto progresista, me llena de rabia, decepción, e impotencia y es una gran injusticia para conmigo y con todos ustedes. Aunque sé que la infamia y la injuria son parte necesaria para el éxito de un proyecto de cambio como el nuestro.
Mi optimismo y convicción en poder generar un cambio en la vida de todos los chilenos, el apoyo incondicional de mi familia y el de ustedes, que recorren cada rincón del país, llevando propuestas de transformación, son mi motor para que pueda sobrepasar tanto dolor y escollos.
Ya pasé por estos dolores en varios episodios de mi vida. Sé que se puede y se debe resistir. Conozco la orfandad, la muerte, el exilio, la injuria, la arbitrariedad y la maldad. Estoy preparado, aunque duela. No me asustan. Ya lo viví. Ya los conozco.
Les pido en estos días hasta las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales, que no bajemos los brazos. El cambio para muchos chilenos depende de nosotros y de todos los que se quieran sumar.
A todos los que quieran intentar cambiar Chile súmense con todas sus fuerzas, en las horas que puedan, en los territorios que viven y en cada debate que se produzca. Queremos que cada vecino se sienta incluido en nuestro espíritu de cambio. El cambio se siente, está en nosotros, depende de ti y de todos.
De nuevo, los quiero a cada uno, gracias por su convicción y rebeldía.
Marco
Militante Progresista
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