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[Columna] El velo y el desvelo de Kast

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Por: Marco Enríquez-Ominami

Kast develó su mecanismo, probablemente inconsciente, sobre lo ominoso: el de revestir de familiaridad eso que es abominable, para convertirlo, de vuelta, en siniestro. Por eso es impresentable que los que estamos en la vereda de la democracia, nos prestemos a este juego de lo siniestro.

Freud dice que lo siniestro u ominoso lo sentimos cuando eso que nos es familiar se nos vuelve, de pronto, aterrador. Cuando Kast visita en la cárcel a Miguel Krassnoff -un hombre condenado a casi mil años por sus crímenes de lesa humanidad, que inyectaba rabia a sus víctimas y las encerraba, que las violaba con ratones, y que, entre muchos otros, mató a mi padre de 14 balazos- declara: Miguel es una persona interesante, no puedo creer las cosas que se dicen de él. Con esas declaraciones Kast develó su mecanismo, probablemente inconsciente, sobre lo ominoso: el de revestir de familiaridad eso que es abominable, para convertirlo, de vuelta, en siniestro. Por eso es impresentable que los que estamos en la vereda de la democracia, nos prestemos a este juego de lo siniestro.

Dos ejemplos, 1) La presidenta del colegio médico, luego de leer el programa fascista de Kast, declaró, porque hay que ser democráticos con todos, supongo, que estaba súper bueno. 2) Luego de que Kast declarara que metería a la cárcel a mujeres violadas si deciden abortar, el diputado Boric comentó en los medios que Kast era el único caballero entre los candidatos, porque fue el único que se preocupó de escribirle por WhatsApp cuando estuvo 3 días enfermo. Bueno, pues, qué es lo siniestro. Precisamente esto: Dotar de familiaridad lo abominable.

Ahora bien, durante las últimas semanas, Kast ha comenzado a abandonar su sonrisa permanente, a interrumpir incómodo a los periodistas, y a cerrar sus intervenciones con violencia. Yo sé lo que está pasando y tiene que ver con eso ominoso y con algo que es mérito en gran parte de esta candidatura.

Hemos logrado, al enfrentarlo con fuerza en su fascismo en todos los debates, y nuestros representantes a los suyos en todos los foros, de botarle su sonrisa. Y entonces, así como él quiere colocar un velo a las mujeres, porque quiere hacer de Chile una Nueva Afganistán, nosotros hemos logrado correr el velo de su simpatía siniestra para ver al verdadero personaje: el abominable fascista nostálgico del pinochetismo, que puede llevar a Chile a una espiral de violencia e inestabilidad.

Creo que lo hemos atrapado y por eso también, estoy seguro que somos los únicos que podemos frenarlo en segunda vuelta. Pero para eso, el candidato que lo enfrente debe tener el coraje de entender y enfrentar lo ominoso de la ultraderecha. El candidato que pase a segunda vuelta debe ser capaz, primero, de seguir quitando al fascismo todas sus máscaras, una tras otra, para presentarlos al pueblo como lo que realmente son, y segundo, deben presentarse ante la gente como una alternativa democrática de estabilidad y cambio. Para eso me he preparado, por eso, vota 6.

Fuente: La voz de los que sobran