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Columna | ¿Volver a los 17? – por Marco Enríquez-Ominami

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El insolente discurso del expresidente Frei Ruiz-Tagle (RT) en contra del Presidente Boric, debe llamarnos a la reflexión sobre lo que siempre representó el espíritu de Frei RT y el sentido económico de los éxitos de ese periodo de la Concertación.

Yo enfrenté al presidente Piñera y a Frei en 2009, con una frase que en su momento sonó escandalosa: que los dos, Piñera y Frei, eran de derecha. La historia no solo se ha empeñado en darme la razón, sino en demostrarme que me había quedado corto, porque Frei superó a Piñera por derecha: Ambos apoyaron el golpe, hicieron negocios en dictadura, apoyaron el rechazo al primer intento de texto constitucional, e hicieron gobiernos que favorecieron sobre todo a los más poderosos entre los poderosos. Piñera, sin embargo, a diferencia de Frei, levantó proyectos importantes para el progresismo, como la ley de matrimonio igualitario o la píldora, mientras que el octogenario Frei RT, no solo llamó a aprobar la versión constitucional de la ultraderecha de Kast, sino que terminó siendo Embajador plenipotenciario de Piñera.

La crítica de Frei RT a Boric es mala leche, porque usa hechos que ni siquiera son medias verdades. La historia es así: al final de la dictadura, cuando la economía estaba hecha pedazos, un grupo de economistas neoliberales hicieron 3 o 4 cosas: privatizaron el aparato productivo, traspasaron los derechos sociales a las tarjetas de crédito, desindustrializaron al país, y desregularon su economía, según ellos, para liberalizarla. Esos vectores, que se trazaron en dictadura, y solo gracias a que la gente no se podía oponer, son asumidos y reimpulsados por el Presidente Aylwin, quien ve crecer la economía de Chile hasta 7 puntos, y nobleza obliga, en efecto, con un aumento significativo del gasto social. Pero inmediatamente después, Frei RT crece menos que Aylwin, porque fue con su gobierno cuando comenzó el fin de la fiesta del desmantelamiento del Estado y se comenzaron a pagar los costos de haberlo sacado de su resguardo sobre los asuntos públicos, especialmente de la protección de la economía y de la regulación del mercado.

Si un zapatero de un momento a otro vende sus máquinas y varios de sus muebles, arrienda su taller y las piezas de su casa a 30 años, a inquilinos que por contrato le van a pagar una miseria, claro que va a tener plata en el bolsillo y va a poder cambiar el auto y meter a sus hijos a escuelas privadas… pero hasta que se le acabe la plata no más. Entonces va a tener que vender el auto, hacer malabares para llegar a fin de mes y, probablemente, terminar trabajando ya no de emprendedor, sino que de empleado en el taller de zapatos del arrendatario de su casa. Esa es la crisis que estamos viviendo, y esa fue la crisis que no supo administrar ni Frei ni la Concertación después de Frei.

Sí, es cierto que el presidente Boric ha descuidado el crecimiento, y esa es una crítica que le hemos hecho desde que competimos con él en la campaña anterior. No se puede alcanzar el bienestar ni la protección social sin crecimiento, y en eso el Gobierno del presidente Boric está al debe. También es cierto que abrir la economía hacia Asia era necesario y urgente, como lo hizo el Presidente Frei RT, pero no es cierto que había que hacerlo a costillas del empleo y de su formalidad, que es hoy el gran problema de Chile. En eso el gran responsable es Frei RT, quien se negó a industrializar al país y desprotegió a nuestros empresarios pequeños y medianos, que son los que generan el empleo de verdad-verdad. Al revés, el expresidente Frei RT desprotegió a los Chilenos porque fue él quien privatizó las sanitarias y fue él, antes que el presidente Boric, quién entregó envuelto en papel de regalo el litio a SQM.

Frei RT nunca sacó a Chile de la crisis y por eso es que su gobierno terminó tan mal. También es por eso que Chile nunca más ha tenido un crecimiento orgánico del empleo ni del crecimiento. La única conclusión es que todo tiempo pasado fue anterior y que, aunque lo deseen con toda su alma, Frei RT y su público de superricos en ICARE, no podrán volver a esos 17 años de dictadura durante los que sentaron las bases para repartirse el país, porque las cosas no se pueden privatizar dos veces. Al revés, hay que expandir la economía hacia afuera, reindustrializando, generando empleo, protegiendo el mercado interno y poniendo plata y no deudas en el bolsillo de la gente. Cambiar Chile para proteger a los chilenos.