Chile necesita una política que priorice la ética, la transparencia y el servicio a las personas. Por eso Marco Enríquez-Ominami lanza el Decálogo Antiprivilegios y Anticorrupción, una hoja de ruta para construir un Estado al servicio de la ciudadanía, que elimine los abusos y devuelva la confianza en las instituciones públicas.
Este decálogo incluye medidas concretas como:
- Reducción de privilegios: Eliminar escoltas y guardaespaldas innecesarios, transformar residencias oficiales en espacios culturales y prohibir el uso de helicópteros privados por parte de funcionarios.
- Austeridad republicana: Cortar los sueldos excesivos, bonos injustificados y gastos superfluos.
- Transparencia total: Garantizar la declaración patrimonial pública de todos los funcionarios y sus familias cercanas, además de una rendición de cuentas estricta.
- Justicia sin excepciones: Crear una Fiscalía Nacional independiente y una Fiscalía Anticorrupción autónoma para erradicar la impunidad.
Este decálogo es más que una propuesta: es un llamado a transformar el sistema desde su raíz, para que deje de beneficiar a unos pocos y comience a trabajar por todos.
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