Fortalecer la educación pública gratuita es fortalecer la democracia. Este sistema tensiona y fragmenta la sociedad.
El Estado tiene que garantizar el acceso y calidad de la educación pública. No podemos permitir que nuestro sistema educativo se siga sosteniendo sobre la base del mercado, el lucro obsceno y una mala oferta educativa y las evaluaciones estandarizadas que poco ayudan a la calidad.