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[Diario La nación] Marco: Bachelet es “valiente” pero sus reformas están mal planteadas

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A 6 meses de iniciada la versión 2.0 del mandato de Michelle Bachelet, el ex candidato presidencial evalúa la gestión de la Jefa de Estado en el nuevo escenario de demandas del país golpeado ahora por el bombazo del lunes en Escuela Militar. A juicio del progresista, el atentado «sí fue un acto terrorista» y es una señal de que «hay una violencia incubándose en Chile».

Tomando la distancia que le da el haberse ido hace casi 10 años de la entonces Concertación y correr dos veces la carrera presidencial en solitario, en 2009 y 2013, Marco Enríquez-Ominami se toma su tiempo para hacer un balance de los primeros 6 meses de la segunda administración de la Presidenta Michelle Bachelet.

«Estamos en un ánimo positivo de no pelearnos con la Nueva Mayoría gratuitamente, pero al mismo tiempo hacérselo saber porque su horizonte es más interesante que el de la Concertación», enfatiza. Elogia el objetivo «corajudo» y la actitud «valiente» que la Mandataria ha tenido para plantearse reformas tan profundas en áreas particularmente complejas como la educacional, la tributaria y la electoral. Sin embargo, precisa que éstas no están bien planteadas y no dan el ancho para lo que requiere hoy Chile.

En su análisis con Nación.cl, MEO no elude el hecho que ha marcado la agenda de los últimos días: el bombazo del lunes en el sub centro de la Escuela Militar. A juicio del progresista, éste «sí fue un acto terrorista» y muestra que «hay una violencia incubándose en Chile» derivada de «un problema con el pacto social», en cuanto a una serie de promesas no cumplidas.

«Las portadas del mundo hablan de Chile, y desde la clase política tenemos que escandalizarnos ante la gravedad de este caso», razón por la que «hay una discusión de fondo pendiente respecto a la democracia y el terrorismo».

«Hago un llamado a la izquierda y centroizquierda en que seamos vanguardia y no nos quedemos atrás (…) Producto de la dictadura ha habido una especie de inhabilitación colectiva de hablar de inteligencia, porque los sistemas de inteligencia fueron utilizados para castigar y torturar a un sector político, entonces es una especie de trauma pero hay que hablar de esto y concretar iniciativas que hagan más eficiente a nuestros servicios de inteligencia», plantea, haciendo un explícito llamado a reformular la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI).

-¿Cómo encuentra que lo ha hecho la Presidenta Bachelet en estos 6 meses de Gobierno?

– Es muy corajudo lo que ella está inventando, el horizonte que ella traza, el objetivo, es valiente, no sólo porque lo comparto, sino porque en un presidencialismo tan agudo de 4 años, es primera vez en esta joven democracia que una Presidenta propone reformas que no favorecen a su Gobierno.

Ello, explica, porque «si le sale todo bien, los resultados son para 10 años más. En Reforma Tributaria va a recaudar todo el 2017, en Reforma Electoral ella ya está gobernando con el binominal, es el próximo Presidente al que le va a tocar un sistema electoral más decente. Entonces, mi reconocimiento y mi respeto a los objetivos».

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Sin embargo, apenas termina de decir esa afirmación, complementa de inmediato con una crítica a sus ministros: «¿Dónde empiezan los problemas? Una cosa es reinar bien y otra es gobernar bien, y yo creo que es una Presidenta, en el buen sentido de la palabra, que reina mejor que en 2006, pero sus ministros no gobiernan lo suficientemente bien».

El político de 41 años ejemplifica su sentencia con el tema más sensible, la educación. «Creo que en educación el orden de la reforma es un súper error. Había que partir por los liceos, cobrarle la palabra a la derecha. Esta dice ‘partamos por los liceos’, ¡listo! Tripliquemos la subvención de los liceos, que los profesores de la administración pública sean los mejor pagados. Creo que tenemos dificultades y nosotros las hemos estudiado como Partido Progresista, como fuerza política tenemos una gran diferencia con los caminos que se eligieron».

-¿Cuáles son esas diferencias?

-Uno, el orden de las reformas a la educación. Dos, no haber partido por la Asamblea Constituyente. Desbloquear a Chile es lo más importante. Chile está completamente bloqueado por el Tribunal Constitucional, por las mayorías de quórum para crear empresas públicas, la Constitución y decidieron partir por la economía, por los bonos. Es decir, creo que la economía se está comiendo el derecho en Chile, se está comiendo la educación y el problema en Chile es la política del bloqueo. Estamos bloqueados, prueba de eso es que el 60% de los chilenos prefirió no votar. Es la democracia más frágil de América Latina en términos electorales, con menos participación. Yo creo que el orden fue el equivocado, había que partir por Asamblea Constituyente».

-El Gobierno ha planteado que este año hay que trabajar rápidamente en las reformas estructurales para que se cosechen los frutos próximamente. En ese sentido, ¿es factible que haya una Asamblea Constituyente en el corto plazo, en este Gobierno?

– Perdieron la oportunidad que era una reforma constitucional –ellos tenían los votos para eso- de convocar a un plebiscito en 2015 como lo ha hecho la mitad de la humanidad. Si hacía un plebiscito en agosto de 2015 y preguntabas: ¿quiere usted mantener la actual Constitución o abrir un proceso para ello mediante Asamblea Constituyente?; ¿está a favor de HidroAysén o de la energía termoeléctrica?, ¿quiere un gran seguro social que termine con el sistema de capitalización individual por un sistema de reparto? Y los chilenos votaban y eso permitía a mi juicio desbloquear a Chile.

-¿Pero eso no estancaba el avance de las reformas?

– No, porque en paralelo avanzabas con muchas reformas que hay que hacer igual. No veo ninguna diferencia. Yo creo que Michelle Bachelet se enfrenta a una derecha que busca todas las excusas para no cambiar nada. Siempre hay una excusa, o es la economía, o están mal presentadas las leyes, o hay un error. El texto de ellos es nunca reformar nada.

Por eso los progresistas –añade- «tenemos una situación que es complicada, porque creemos que están mal presentadas las leyes, pero aún así somos parte de la fuerza de apoyo a las reformas no de las fuerzas de bloqueo. En esto no nos perdemos, estamos a favor de que se aprueben las reformas con cambios, pero a favor de que se aprueben. Estamos por desbloquear, por ayudar a que Chile se desbloquee».

-¿Entonces, el Gobierno ha cedido al bloqueo de la derecha, por ejemplo en la Reforma Tributaria?

-La mayor concesión a los conservadores es no haber metido el cobre en la Reforma Tributaria, eso venía del 2013. Es una de mis grandes críticas, no haber partido por el cobre en un país que lo exporta en un 53% y que se calcula que las utilidades de la gran minería han crecido en un 86% en los últimos 10 años, y toda la minería privada aporta lo que ha aportado Codelco, un 30%. Habría que exigirle un esfuerzo adicional a la gran minería.

Eyzaguirre Y Arenas lo han hecho mal

Enríquez-Ominami se da espacio para evaluar también los ministros a cargo de las reformas. Ante la pregunta de ¿quién lo ha hecho mal?, responde: «algunos ministros. Yo creo que Nicolás Eyzaguirre, Alberto Arenas han tenido una enorme dificultad para inspirar con sus reformas. De hecho, creo que hay menos gente convencida hace 7 meses que ahora de las reformas que son necesarias. Recorro Chile, voy a charlas, seminario, recorro colegios, universidades todo el día y estoy impactado con el retroceso. Las mismas personas que votaron por estas reformas las miran con desconfianza.

-¿Y las aprensiones en relación a qué son?

– Son distintas. En Reforma Tributaria creo que los agentes económicos y sobre todo las pymes tuvieron razón de exigir una corrección a la Reforma Tributaria. La pyme también tenía FUT, que en su caso $4 millones de utilidades era cambiar todos sus computadores. Eliminarlo significaba que la pequeña y mediana empresa perdía.

Añadió que otro punto flaco del Ejecutivo fue la forma en que se negoció el protocolo de acuerdo para cambiar el sistema tributario.
«Para mí juntarse con un fáctico en un living fue una mala cosa y en eso la derecha confunde, producto de una ignorancia. No es lo mismo que una minoría ciudadana quiera expresarse a que un fáctico lo haga. Fácticos son los que actúan en las sombras con agenda corporativa que tiene que ver con el lucro propio y que usan los bordes del poder. La pregunta es qué esconden los fácticos, entonces yo no estoy de acuerdo con la forma del protocolo de acuerdo».

-¿En ese sentido, Eyzaguirre ha cedido a las objeciones de la DC en la reforma educacional, debido a presiones de sostenedores, de la Iglesia Católica?

-Es la pregunta más difícil porque tampoco está fácil defender la reforma de Nicolás Eyzaguirre. El copago es un tema técnico, habría que partir por arriba, con un monto máximo a todo el mundo; dos, en selección no han sido claro en lo que ellos proponen; tres, el lucro principal no se da en la educación secundaria, se da en los institutos y en las universidades. Entonces, es raro que en agosto estés peleando por el lucro en la educación secundaria, cuando el verdadero problema del lucro está en la educación superior y técnico profesional. No está fácil tampoco y en eso puedo comprender que la DC tenga reparos en la reforma pero uno echa de menos un ánimo desbloqueador. Estoy por expresar claramente que estas reformas se aprueben, llenas de correcciones.

Sobre el remplazo del actual sistema electoral binominal por uno proporcional corregido que plantea el Ejecutivo, MEO tiene una sola opinión. «Proponemos eliminar el Senado, no nos gusta el binominal», marcando la diferencia en que como está, el proyecto castiga a los candidatos independientes.

Sin embargo precisa que «estaría a favor de que el proyecto se apruebe porque salir del binominal es muy importante. Tengo 80 reparos, no solamente el financiamiento público».

-¿Qué le parece el redistritaje que propone el Gobierno?

-Es parte de la dificultad con esa ley. Creo que comete un error La Moneda cuando no se mete con el financiamiento público, porque el drama de la política es quién paga y con el redistritaje están castigando a los candidatos emergentes porque son listas con megadistritos, van a ser muy caras las campañas, pero en fin.

-¿Eliminar el Senado no es lo mismo que la Cámara si se convierte en un Parlamento unicameral’

«No da lo mismo. Eliminar el Senado tiene que ver con la eficiencia legislativa y la modernización del Congreso. La tendencia mundial es tener Estados más modernos, más eficientes. Yo quiero dar un recado por el diario La Nación.cl para todos los que lo leen. Hay oxígeno sin senadores, la gente va a poder dormir, no le va a dar vértigo, créanme que se puede vivir. Hay países como Suecia o Finlandia que no tienen senadores».

-¿Y eso significa cuántos parlamentarios?

-Subir de 120 a 150 congresistas en total.

-¿Qué opina de disminuir los requisitos para constituir un partido político como planteó Amplitud y que el Gobierno aceptó?

-Eso está creado para los partidos regionales. Lo que no me gusta de ese proyecto es que los candidatos independientes casi no van a poder competir ahora porque son pactos, listas, y yo que fui candidato independiente valoro mucho la garantía que me ofreció el Estado de Chile. Creo que hay un valor en que los partidos no tengan el monopolio de la política.

-¿Entonces, cómo sería el sistema electoral ideal?

-Proporcional competitivo. Son 15 regiones, 5 por región garantizados para todas y según demografía 7. O sea, puede haber dos distritos de 10 o dos de 14. 35 congresistas tendría la Región Metropolitana y las zonas extremas como Arica 7.

Fuente: Diario La nación

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