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El 25% de los niños no entiende lo que lee y el 100% de los progresistas no entendemos por qué sigue existiendo el Simce

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Una dura crítica y propuestas para modificar los sistemas de evaluación estandarizados en educación realizó hoy el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. Junto con comentar otros temas de contingencia, el presidenciable se refirió al tema luego de conocerse los resultados del último Simce de Lenguaje a alumnos de Segundo Básico.

 

“Nos llama la atención que cuando uno habla de la calidad de la educación, se habla de Simce, un invento de los que creen en la gestión y tienen la fantasía de que si los niños compiten van a ser mejores alumnos. El Simce, sin embargo, repite exactamente lo mismo todos los años”, señaló el candidato PRO-PL-MSA y de movimientos independientes.

Enríquez-Ominami agregó: “Si estamos con esta idea de hacer tests a los niños, también hagámosle uno a las guaguas que están gateando para ver cómo va la competencia a esa edad. La idea de los economistas de que la educación se mejora haciendo competir a las guaguas es improductiva. El 25% de los niños no entiende lo que lee y el 100% de los progresistas no entendemos por qué se sigue hablando de calidad y Simce. En eso tenemos un reparo estructural cuando hablamos de educación”.

Patricia Morales, coordinadora programática del comando, agregó: “En el Simce de lectura tenemos una prueba estandarizada sobre más de 200 mil niños y que demuestra que el 25% de nuestros niños no entiende lo que lee. Esta es una prueba más de la sociedad que tenemos, una sociedad anormal y que finalmente demuestra que tenemos un sistema de estudios y una política pública de educación totalmente fracasada. Acá de nuevo se replica la segregación y la discriminación, según liceo fiscal, particulares subvencionados o particulares”.

Morales agregó: “Proponemos cambiar la manera de ver la educación y el rol de la cultura en la sociedad. Esto significa forzosamente tener una mirada integral, ya que necesitamos una educación que permita formar a las personas de manera integral, no buscando en el docente a que se limite a realizar una prueba o evaluación estandarizada. Aquí el rol del docente es clave”.

“Se debe flexibilizar la malla curricular, desde los horarios y el contenido, lo que debe hacerse en conjunto con los padres y niños. La educación se debe poder adaptar a nivel local, no puede seguir con los patrones tan estrictos y que al fin del día no permite adaptar el currículo, la capacidad de adaptación y la metodología”, añadió Morales.

Sobre el mismo punto, Enríquez-Ominami enfatizó: “Cuando hablamos de gratuidad no es solamente un anuncio economicista. La gratuidad tiene que ver con los valores y está demostrado que los liceos fiscales son menos racistas que los colegios privados. Lo público ayuda a la integración, a la calidad de la educación. Lo que dice el Simce es importante y lo que no dice es más importante aun. El Simce mide a un enfermo terminal con un termómetro. A los enfermos terminales se les mide la fiebre y se le proponen caminos. Lo que está ocurriendo hoy es que se nos propone seguir midiendo lo que ya sabemos, que la educación es mala”.

Consultado sobre el segundo debate televisivo de los precandidatos de derecha, Enríquez-Ominami señaló: “Es preocupante que los dos candidatos de la Alianza nos propongan todos los días más Sernac. Asumen que esta es una sociedad de abusos y no proponen un sistema distinto. Chile no necesita más Sernac. Todo lo contrario. Un país mejor no es el que más fiscaliza abusos. El Chile que queremos es el que evita esos abusos con reglas más justas para todos”.

El candidato agregó: “Llama mucho la atención que dos candidatos que van a primarias partan un debate y al primer minuto señalen que no tienen ninguna diferencia. Las primarias se supone que son para visiones distintas. Si no hay ninguna diferencia, no tiene sentido hacer debate”.

Respecto de la franja televisiva de los precandidatos de primarias señaló: “Tal como el Congreso y el Tribunal Constitucional se pusieron zapatillas de clavo, nos gustaría que siguieran con la misma celeridad y legislaran sobre el lobby, sobre el financiamiento de la política, sobre la educación pública gratuita. Es muy indignante para los chilenos que no gozan de esos favores, observar cómo el Parlamento se colude y saca en dos horas una ley para sí mismos. Cuando se trató de asignaciones parlamentarias lo hicieron por secretaría, cuando la DC –que al igual que los alumnos del Simce no comprendieron lo que leyeron– se inscribió mal en la lista parlamentaria en 2 horas hicieron una ley especial. Yo propongo que los minutos de televisión los aprovechen y nos expliquen cómo van a hacer en 4 años lo que no hicieron en 24”.

Finalmente, y respecto de la reforma tributaria propuesta por Michelle Bachelet, Enríquez-Ominami concluyó: “Una reforma tributaria que no hable de IVA le está diciendo a la señora que va a la feria que nada va a cambiar. Ella va a seguir pagando el 19% de IVA, por lo tanto la reforma que proponen Longueira, Allamand y Bachelet no toca un pelo a los más pobres. Todo lo que se plantea es muy confuso y muy contradictorio. Los tributos siguen siendo en Chile profundamente regresivos en un conjunto de herramientas”.