El candidato del movimiento progresista Marco Enríquez-Ominami habló de todo en su reciente visita a Antofagasta, pero sobre todo de los «profundos cambios» para el país que están dentro de su programa presidencial.
ME-O es el candidato más joven a La Moneda y con propuestas que apuntan a transformaciones más radicales, donde incluso propone un paso del sistema republicano al federalismo, pero «atenuado».
¿En qué se traduce su idea de federalismo?
-Soy el único candidato que se define como federalista. Esto sería un federalismo atenuado, tímido, porque el verdadero federalismo es un gran cambio, aunque esta propuesta es bien radical, que significa autonomía presupuestaria en educación o turismo, con presidentes regionales en vez de intendentes. Y lo que he dicho aquí desde Antofagasta es que como Presidente presentaré dos proyectos de ley de discusión inmediata, el mismo día que asuma: la elección directa de intendentes y plebiscito.
¿Y habrá un cambio de constitución en un posible mandato?
-Humildemente fui el primer diputado en los últimos 24 años que creó la comisión de régimen de cambio del sistema politico y logré que se aprobará con los votos de la UDl y RN, por tanto no tengo ninguna duda que si logré convencer ala UD1 con este cambio, lo vamos a lograr como presidente.
Es un tema árido, donde la gente dice en qué me beneficia a mí que el intendente sea electo. Esto tiene una explicación práctica porque hay muchos temas que dependen del intendente, como el uso del suelo y un conjunto de temas presupuestarios que son facultades de su cargo, que ahora sería elegido en forma directa.
¿Qué opina de la falta de credibilidad de los políticos y la violencia contra Pablo Longueira y Michelle Bachelet?
-Primero condeno la violencia de la que fueron objeto, como condeno la violencia a los mapuches, no me gusta la violencia. Estuve con sindicatos y animalistas en la calle, estoy disponible a comerme diez escupos si por eso logramos cambiar a Chile. No tengo dudas, no me da problema, aunque lo condeno. Por esto volvamos a los programas, discutamos ideas no cupos. Es insoportable que te metan el dedo en el ojo. Vemos el discurso de 2009y no se hace ninguna primaria de diputados y senadores, después de que se llenaron la boca, no le pidas ala gente que esté sonriéndote.
¿No hay también una falta de profundidad en las propuestas?
-Los periodistas preguntan mucho qué propone usted candidato, en vez de preguntar qué pensamos que es lo que tenemos que tenemos que decir, que no es lo mismo que el programa de gobierno, porque lo que se piensa es más importante que el programa.
El programa de Lavin y Lagos el ’99 eran idénticos. Hay que decir que se piensa en los temas difíciles como el aborto, por ejemplo. Hay temas difíciles que son de sociedad y son temas con lo que tú entiendes que candidato tienes al frente.
Si miente, sise esconde para no perder votos y si tiene coraje, porque al final todos decimos lo mismo, que queremos «igualdad», cuando la pregunta debe ser pena de muerte, aborto, Bolivia, energía nuclear, temas que son mucho más difíciles de responder. Porque en el fondo todos estamos contra la desigualdad y queremos un Chile más justo.
A qué se refiere a un Chile más integrado con sus vecinos y Latinoamérica?
-Creo que la política exterior de Chile va acompañada del mayor gasto militar, junto con Venezuela. Yo entre un tanque y un hospital terminado en Antofagasta, prefiero un hospital terminado, entre un tanque y una escuela, prefiero una escuela. Lo que tenemos en nuestra diplomacia son temas difíciles. Tenemos tres vecinos, Brasil tiene diez y no ha ido a ningún tribunal con sus diez vecinos, nosotros de tres dos ya nos tienen en tribunales.
Hay que preguntarse por qué Chile paga una de las cuentas de electricidad más caras de Chile, porque viene de Arabia Saudita, por qué no viene de Ecuador o Venezuela. Por qué el gas no viene de Bolivia, por qué nos llevamos mal. Yo lo planteó al revés, es tarea de los candidatos defender las posiciones más difíciles.
Entonces, ¿qué propone en materia de integración?
-Propongo un camino de integración plena con Perú y Bolivia, porque primero nos permite políticas comunes en materia migratoria, en materia de drogas que es un temazo, políticas comunes de exportación e importación, políticas para que Chile pueda salir a Brasil, que es uno de los mercados más grandes del continente.
Yo le propondría a Bolivia que hiciéramos un canje, aguas (Silala), gas y un enclave territorial mirando a Brasil.
¿Qué pasa con la inmigración?
-Bueno Antofagasta es un ejemplo. Yo fui educado con musulmanes y gitanos en el exilio, mis compañeros no eran chilenos, ni franceses. Yo era el más blanco del curso y éramos todos de distintos países. Esa es una migración que se planificó y que fue en los 70. Estamos en el 2013 y Francia tiene una crisis igual que otros países.
¿Esto cómo se puede enfrentar a nivel político?
-Una ley migratoria que no sea del 74, ya que es muy antigua. Planifiquemos, pero ahí viene mi diferencia con los nacionalistas afiebrados, planifiquemos, pero de acuerdo a la Carta de Derechos Humanos. He escuchado a unos compatriotas decir que hay que seleccionar a las personas que vienen a Chile. Esto a veces puede atentar contra los derechos humanos. Cómo sería esa selección, planifiquemos con cuidado, sin caricaturas.
Antofagasta es una de las ciudades que más me fascina porque tiene este desafió: crecer explosivamente y tratar de reproducir territorios de justicia.
EDUCACIÓN
Usted está de acuerdo con educación gratuita, ¿cómo se financiaría en este caso?
-Ello se haría con una reforma tributaria, diferenciada para las universidades privadas, gratuidad para las estatales, primero cobertura al 100% en preescolar; con calidad. En segundo lugar en educación secundaria terminar con el copago.
Y tercero que las universidades públicas lleguen a educación gratuita y las privadas con arancel diferenciado, cómo eso se va a demorar; hay que duplicar las becas y los créditos, mientras tanto a los alumnos que ya están en primero y segundo año.
¿Y cuál seria la diferencia con la reforma tributaria actual?
-A nivel internacional lo que hizo Piñera es un ajuste, cuando subes un poco es un ajuste, la idea es cambiar la lógica tributaria y la forma de recaudación. Para la educación gratuita se requieren más mucho más que mil millones de dólares.
Fuente: El Mercurio de Antofagasta