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Entrevista a Marco Enríquez-Ominami, diario Estrategia

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El ex candidato presidencial y líder del Partido Progresista conversó con ESTRATEGIA sobre sus principales lineamientos económicos, destacando el rol del Estado y la necesidad de resguardar a las pymes de los cambios estructurales.

–El FMI, señaló que «la incertidumbre en torno al impacto de las reformas políticas parece estar afectando la inversión” ¿Cómo ve esa relación?

 

–Hay problemas internacionales, nacionales, estructurales y coyunturales para la desaceleración. Si uno es mínimamente sincero, hay que dar cuenta que hay problemas de alto costo de energía, temas de infraestructura que están pendientes y un bajo precio del cobre. La disminución de la inversión extranjera en Chile también tiene correlato con lo que pasó en América del Sur, por tanto, sería más cauto respecto del evidente valor que tienen las reformas.

–¿No hay un impacto por la incertidumbre?

–El punto del FMI también es cierto. La reforma tributaria tuvo problemas de diseño, de implementación y de comunicación. El mismo Lula, ex presidente de Brasil, me explicó que él – que era obrero tornero – que estuvo a cargo de la reforma económica en una potencia como es su país, aprendió que no había que cambiar tantas variables en una economía. En esa línea, la reforma tributaria pudo haber sido más simple y más exitosa si hubiese considerado el impuesto al capital financiero y al cobre. Generó desconfianzas innecesariamente.

“La reforma tributaria pudo haber sido más simple y más exitosa si hubiese considerado el impuesto al capital financiero y al cobre. Generó desconfianzas innecesariamente”.

– ¿Cuál es su definición respecto al impuesto al cobre?

– En concreto, Chile tiene un impuesto específico y no un royalty. Algunos incluso han planteado que hay que anexar el royalty según el precio del cobre. Me parece que Chile tiene que avanzar a una recuperación de sus recursos naturales, en un debate sobre las rentas y/o la propiedad.

– El desplome del cobre ha puesto una fuerte presión sobre la rentabilidad, ¿aumentar el impuesto no le pondría una lápida al sector?

– Es un tema complejo. Aun no entraría en esos detalles, pero lo esencial es que el Gobierno anterior tuvo el precio más alto del cobre y no se aprovechó. Coincido que el costo de la energía les tocó alto, pero objetivamente no es solamente un tema de demanda, sino que hay un costo de producción, respecto de su ley, respecto del ordenamiento territorial, hay oportunidades de planificar. A la producción de cobre le haría muy bien si fuera capaz de gastar menos energía. El uso eficiente del recurso energético significaría que, según algunos cálculos, podría requerir la mitad de lo que iba a producir HidroAysén. Hay margen y por eso desconfío mucho de las promesas de la derecha, sobre todo viendo lo que hizo Sebastián Piñera, que se farreó el precio del cobre que estaba altísimo.

“Me preocupa que se complique el proyecto laboral, espero que no se cometa el mismo error de transformar a las pymes y a la clase media en adversarios de la reforma”.

– ¿Cuál es su propuesta en cuanto a impulsar la minería?

– Hay un elemento que se repite en el agua y en el cobre, y es que para el modelo de desarrollo es esencial que Chile aproveche esos recursos naturales para cambiar su propio esquema de progreso. En materia de cobre planteamos que es necesaria una Política Nacional de Minería. Para la pequeña y mediana minería debe haber un apoyo crediticio, institucional y de asistencia técnica del Estado, es un debate pendiente. También en materia de conocimiento de minería subterránea hay oportunidades gigantescas de exportar conocimiento. Muchos países están desplegando ese tipo de proyecto y en eso podríamos avanzar mucho.

– A principios de año ustedes propusieron que se realizara una mayor emisión de bonos soberanos para reactivar la economía.

– Hay que ver cómo recuperamos las tasas de crecimiento. Hay nudos en la economía chilena de dos tipos; el primero, transversal a todos los sectores, es la deficiente competencia en los mercados, y segundo que no hay un impulso en la alianza público privada para apoyar nuevos sectores. Esto es sicológico, en los 90’ pasaron cosas muy importantes en Chile, se incorporaron mercados destacados a la economía, como el vino y el salmón.

Se debería revisar el tema del turismo, por ejemplo, que genera en torno a 500.000 empleos directos e indirectos, registra 9 millones de traslados dentro del país y casi US$3.000 millones de ingreso. En el sector forestal también veo mucho potencial. Queda muchísimo por avanzar.

– ¿Cuál es su visión respecto a la reforma laboral?

– Nos interesa ver cómo ese proyecto abordará el mundo pyme. Después de la «cocina» de la discusión de la reforma tributaria se criticó mucho la forma, lo poco serio de discutir a espaldas del país, pero viendo el protocolo había un par de puntos súper atendibles que por suerte los corrigieron, mira la contradicción. Había más de US$15.000 millones de FUT en las pymes, lo que llevó a la necesidad de crear un nuevo régimen tributario que complejizaba la norma, pero que atendía a la pyme. Me preocupa que se complique el proyecto laboral, espero que no se cometa el mismo error de transformar a las pyme y a la clase media en adversario de la reforma.

“Sé lo que es bancarizarse, conozco lo que es tratar de endeudarse para cumplir con los derechos mínimos de los empleados. El costo de acceso del dinero lo viví en carne propia”.

– El sector privado acusó que este Gobierno comenzó con un clima anti empresarial… ¿Cómo se mantienen las confianzas en un contexto de reformas?

–Hay que tratar de convencer al sector productivo que la democracia es esencial a la empresa, ya que cuando no hay instituciones serias baja la productividad. Es más, Chile entre 2007 y 2015 cayó 7 lugares en competitividad. Les he dicho a varios empresarios que los proyectos energéticos se paralizaron por malas relaciones con los territorios, y por otra parte debemos dejar de ser perezosos cuando hablamos de “la empresa”, atendiendo las diferencias entre estas. Creo que hablar de democracia es tan importante como hablar de libertad.

– La crítica de fondo es que se está dando una estatización de la sociedad.

–Yo soy un hombre que cree en el mercado, no quisiera que existieran caricaturas en esta entrevista. En las telecomunicaciones sin ir más lejos, el mercado ha sido esencial. Por su parte, el esfuerzo del Estado de Chile de conectar a Magallanes con Puerto Montt por fibra óptica es fundamental… son esenciales esos proyectos del Estado y el mercado.

No me peleo con la sombra, el mercado es un estupendo esclavo del Estado, pero es muy mal amo. He hablado de aumentar el rol de lo público, pero yo creo en la competencia, he tenido empresas, he hecho películas, he cotizado, he pagado PPM.

El Debate de la Desigualdad

–Quería destacar el punto de la concentración económica que vive el país. ¿Cómo ve la transferencia de riqueza que se produce desde el ingreso de las personas a las rentas de algunos empresarios que llegan a niveles «anormales»?

– Uno de los puntos centrales para la economía es lograr crear competencia en los mercados. Segundo, hay que remarcar que el capital renta muchísimo más que el trabajo, en proporciones que – a mi juicio –son no sanas para el modelo económico.

De nuevo, la centro – izquierda ha tenido una falla y es que se habla de la empresa sin distinguir entre ellas. Tenemos grandes empresas, medianas, pequeñas y micro, son como países distintos. 1.200 empresas se reparten el 75% de las ventas, mientras se habla de la gran economía se olvida que si tan solo forzáramos el pago a 30 o 60 días sería un tremendo cambio para la pyme. En materia de desconcentración de la riqueza y de desigualdad, lo primero es reconocer no solamente la agenda Pro Pyme con titulares del BancoEstado y el financiamiento, sino también avanzar en cosas concretas. El pago a 30 días es esencial.
Yo fui pyme, tuve trabajadores, conozco lo que es bancarizarse, conozco lo que es tratar de endeudarse para cumplir con los derechos mínimos de los empleados, y el costo de acceso del dinero, lo viví en carne propia. Hay que despenalizar el fracaso de la pyme, abarcando el tema del pago del IVA.

– El tema del financiamiento pareciera ser algo difícil de solucionar, ¿cómo se corrige la diferencia al acceso de créditos entre grandes empresas y pymes?

– Estudiamos una propuesta, que es la Central Nacional de Garantías. Hay dos problemas a abordar, si una pyme pide un crédito en la Araucanía por montos altos, lo tiene que venir a pedir a Santiago, no hay autonomía. Otro problema es que en el financiamiento muchas veces uno queda completamente secuestrado por un banco, para efectos de una capacidad de deuda que puede ser mayor. Sin una Central Nacional de Garantías, se produce un poder coercitivo, te impiden endeudarte en cantidades sanas, a tasas sanas. Esto facilitaría el acceso al crédito y al dinero para la pyme.

–El ministro de Economía planteó que para los casos de colusión se aumentarán las sanciones, pero también dijo que se evalúa la posibilidad de incluir penas de cárcel ¿Cuál es su postura en ese sentido?

– La penalización de la sociedad no es mi línea, estoy por despenalizar el aborto, el uso medicinal y recreativo de la marihuana… Como diputado me tocó estudiar que no hay evidencia de que la penalización garantice per se mejores conductas. Un ejemplo grotesco; en Estados Unidos hay pena de muerte, pero hace mucho rato se ha demostrado que no se está pacificando el país por esta medida.

Dicho esto, los delitos «de cuello y corbata» son posibles porque a la Fiscalía Nacional Económica y al Tribunal de la Libre Competencia le faltan más herramientas, más funcionarios y más profesionales. Al mismo tiempo, se dan porque la normativa tiene multas que solo han llevado al cálculo que a veces es mejor pagarla que corregir la conducta. En ese sentido penalizar podría ser una batería más dentro de la política, pero no creo que esto por sí mismo pueda arreglar el problema.

“La centro–izquierda ha tenido una falla y es que se habla de “la empresa” sin desagregar. Tenemos grandes empresas y mipymes, son como países distintos”.

–Hay también una visión crítica sobre dónde se destina lo recaudado por el Fisco.

–Mi preocupación siempre ha tenido que ver con el Estado que tenemos, para ver si está apto para implementar reformas importantes, o tenemos un Estado capturado por los partidos, donde no hay meritocracia. También estoy disponible para el debate del gasto, por ejemplo del gasto militar. Otro ejemplo, entiendo que en los tribunales de abuso infantil se requieren más sicólogos…! Se requiere más Estado! Los 51.000 túneles que hay en Estados Unidos fueron construidos por el Estado, el tren de Washington y Nueva York es estatal. Hay que tener cuidado con el argumento del despilfarro, porque esconde detrás otra agenda.

Me parece que el Estado es muy importante para el largo plazo, por ejemplo en Energía falta su presencia, en los puertos también se debe incentivar la inversión privada… también hay un papel que debe jugar en la desigualdad. Leía un estudio de la Universidad de Chile, que es increíble, 1.200 familias ganan 1.200 veces más que el 99% de los chilenos. Eso mina las confianzas.
Hay que anticipar la crisis, estamos analizando una propuesta para anticipar proyectos, necesitamos volver a pensar en grande.

–En el caso de las pensiones, el Gobierno propone una AFP Estatal, mientras ustedes señalan que debe haber un sistema mixto público privado.

–En Chile existe de hecho – y en cierta forma es una provocación– un sistema de reparto. Los militares están en un sistema solidario. Por otra parte, el Pilar Solidario de 2008 supone un sistema de reparto, porque hay ingresos fiscales para garantizar un conjunto de pensiones extraordinarias. No se cumplió la promesa de las AFP que esto iba a ser a costo cero para el Estado. El sistema de capitalización individual no solamente entrega pensiones insuficientes, sino que no está demostrado que sean profundamente eficientes en su gestión sobre el monto de comisiones que cobran.

Proponemos un sistema de reparto mixto, con un tope imponible de 60 UF, y que sea optativo adicionar a tu jubilación un sistema de capitalización individual. No estas AFP, se requieren nuevas reglas, como que si se dan 3 meses de pérdidas estas se compartan o que en los gobiernos corporativos los cotizantes tengan un representante.

–También han señalado que el gasto en materia de salud será insuficiente durante esta gestión.

–Planteamos la salud como un derecho universal. En esa línea creo que en Salud se debe aumentar el gasto público, hay que terminar con la anomalía donde el 18% de los que estamos en Isapre nos llevamos el 50% de las platas que hay en salud, y al 82% le toca la otra mitad. Hay que hacer un esfuerzo, no solo de regular las Isapres en su integración vertical, acá hay una discusión sobre el brazo de lo público. Nosotros planteamos la posibilidad de tener un laboratorio y una farmacia pública, un gran comprador de remedios para el Estado.