Las AFP fracasaron. Hoy, 9 de cada 10 personas reciben pensiones que no alcanzan ni para sobrevivir. El promedio de pensión ronda los $230 mil, incluso después de décadas de trabajo. Mientras tanto, las administradoras ganan millones. El negocio previsional está asegurado. La vejez de los chilenos, no.
Y la desigualdad es brutal:
- Las FF.AA. y de Orden tienen pensiones financiadas 91% por el Estado.
- Las mujeres y los trabajadores independientes son quienes más pierden.
Marco Enríquez-Ominami propone una transición: del negocio a la dignidad.
¿Qué propone Marco?
- Un pilar solidario robusto, financiado por el Estado, basado en la seguridad social.
- Cuentas individuales sin comisiones abusivas.
- Un sistema mixto con redistribución y equidad intergeneracional.
- Fin a los regímenes especiales injustificados, comenzando por los nuevos funcionarios.
Porque no se trata solo de ahorrar, se trata de asegurar una jubilación digna para todos.
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