La Unidad de Fomento (UF), creada en 1967, nació para proteger los ahorros frente a la inflación. Pero con el tiempo su uso se ha expandido a casi todos los ámbitos de la vida: créditos, salud, educación, arriendos, seguros, multas, pensiones y más.
Hoy, millones de personas en Chile viven una paradoja: sus ingresos están en pesos, pero sus gastos suben mes a mes en UF. El resultado es una pérdida sistemática del poder adquisitivo, mayor endeudamiento y una economía que favorece al capital por sobre las personas.
“La UF protege al capital. Nosotros queremos proteger a los trabajadores”, afirma Marco Enríquez-Ominami, quien propone eliminar progresivamente el uso de esta unidad de cuenta y volver a una economía con una sola moneda: el peso.
El problema de fondo: dos monedas, dos realidades
Chile es prácticamente el único país del mundo que utiliza una unidad de cuenta indexada de manera tan extendida. La UF funciona como una moneda paralela, que beneficia principalmente a bancos y aseguradoras, pero que castiga a la mayoría de la población que no tiene cómo proteger su ingreso frente a la inflación.
Por ejemplo, una familia que paga 12 UF de dividendo y 4 UF de salud ha visto subir sus gastos mensuales en más de $15.000 en solo seis meses. Todo sube… menos el sueldo.
✅ La propuesta progresista de Marco 2025
- Medidas inmediatas:
- Dar urgencia al proyecto de ley que prohíbe el uso de UF en salud, educación, arriendos y dividendos.
- Obligar a que todo contrato nuevo se firme en pesos y solo se reajuste una vez al año por IPC.
- Medidas estructurales:
- Transición regulada para eliminar la UF en todos los ámbitos, incluidos préstamos y bienes raíces.
- Reformar la normativa financiera para promover el uso exclusivo del peso como unidad de cuenta nacional.
- Protección del ingreso:
- Reajuste obligatorio anual de todos los contratos de trabajo según IPC.
- Política fiscal centrada en aumentar el poder adquisitivo de los hogares.
Una economía más justa, transparente y solidaria
La inflación en Chile ha estado bajo control por décadas. No se justifica mantener un mecanismo regresivo como la UF, que solo profundiza la desigualdad. Terminar con la UF es un paso esencial hacia una economía más humana y democrática, donde el bienestar de las personas no dependa del tipo de moneda con la que se negocia.
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