En medio de una intensa agenda de reuniones con autoridades del gobierno chino y el Comité Central del Partido Comunista de ese país, el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami se refirió hoy al intercambio comercial entre Chile y las demás economías del mundo. El presidenciable propuso, además, una serie de medidas para fomentar las exportaciones y la competitividad de nuestra economía.
“La política macroeconómica y la política industrial no pueden seguir transitando por sendas diferentes. Las políticas monetarias y cambiarias no sólo deben promover la estabilidad del ciclo económico. Es su obligación, además, incentivar la inversión de largo plazo, la diversificación de nuestra estructura productiva y la mayor convergencia en los niveles de productividad de la economía”, señaló el presidenciable. “Es hora de revisar nuestra política”, agregó.
China es la segunda economía del Planeta y se espera que en 2016 sobrepase a la de Estados Unidos. En la actualidad es, también, el principal socio comercial de nuestro país. Sólo en enero de 2013, Chile realizó exportaciones al país asiático por US$ 1.720 millones.
En este contexto, el presidenciable formuló una serie de propuestas. “Debemos volver a colocar las políticas industriales en el centro de la política del desarrollo para reducir nuestras brechas tecnológicas, de productividad y competitividad”, señaló el candidato.
“Esto significa dotar de mayor capacidad y competitividad a los sectores existentes con potencial de crecimiento, incorporación de progreso técnico y diversificar la estructura productiva. Para esto debemos crear nuevos sectores de alta productividad y que sean, a la vez, sustentables con el medio ambiente”.
Enríquez-Ominami enfatizó en la importancia de las pequeñas y medianas empresas. “Esta perspectiva debe tener énfasis en las pymes. Invertir en las pymes no puede seguir siendo un esfuerzo marginal en término de inversión pública”, agregó.
El presidenciable, que permanecerá un par de días más en Asia, concluyó destacando el énfasis que merece el ámbito tecnológico: “La nueva política industrial debe insertarse en la revolución tecnológica que vivimos. Lo anterior significa que no se puede soslayar la importancia de invertir en desarrollo e investigación”.