La Escuela Monseñor Diego Rosales fue el lugar escogido por el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami para iniciar hoy una nueva etapa de su campaña. El colegio particular subvencionado, que dejó de cobrar copago a sus autoridades, fue homenajeado por el presidenciable y parte de su equipo, ocasión en la que Enríquez-Ominami presentó también sus propuestas de educación, comentó las elecciones primarias y el futuro de su campaña.
“Quiero felicitar a este colegio por esta política, esta idea de que se termine con una práctica que es legítima, pero creemos que está en el origen del problema: la segregación y el clasismo. Los chilenos y chilenas vivimos separadamente. Hoy no se trata de vivir mejor, se trata de convivir mejor todos juntos. El copago en los particulares subvencionados se ha convertido en una herramienta de segregación, ya que los padres que pueden pagar 5 ponen a sus niños en un colegio de 5; los papás de 20 con los de 20, y así sucesivamente, y los niños crecen segregadamente y se educan de acuerdo a su capacidad de pago”, señaló el candidato del PRO-PL-MSA y otros movimientos independientes ante más de 300 estudiantes.
Hugo Landauro, sostenedor del colegio, señaló: “Tuvimos el valor y la capacidad de terminar con el financiamiento compartido. Eliminamos el copago porque creemos que podemos subsistir con lo que el Estado paga por subvención. Esto no es problema de un Gobierno en particular, sino que del Estado de Chile, el que desde hace 20 años nos tienen inmersos en un problema educacional del que nadie se quiere hacer responsable. Creemos que Marco puede dar las soluciones que la educación chilena necesita”.
Patricia Morales, coordinadora programática de la campaña, apuntó: “Este colegio representa el camino a una buena educación pública, gratuita y de calidad. Nosotros creemos en el derecho universal a la educación, creemos que el Estado debe hacerse cargo de la educación de nuestros niños”.
“Es impresionante ver lo que han hecho sin copago, sin financiamiento compartido. Es un compromiso de nuestro candidato terminar con el financiamiento compartido, lo que significa aumentar la subvención escolar, pero por matrícula, no por asistencia. Esta reforma tiene un valor de 1.600 millones de dólares, el equivalente a un par de bonos que ha entregado este gobierno”, añadió Morales.
Enríquez-Ominami agregó: “Hoy no sólo comienza la segunda mitad del año. Hoy comienza la campaña de verdad. Hay 10 millones de chilenos que no encontraron ayer una opción, que se guardaron para noviembre, que no quedaron conformes, que están desencantados. A todos ellos queremos llegar. Que estemos hoy aquí no es casualidad. Es un compromiso con la educación y el fin del copago, es una visión de integración, donde pobres y ricos convivan y estudien juntos. Es una demostración de que nuestras propuestas son realizables y marca una campaña positiva y propositiva”.
Consultado sobre las elecciones del domingo, el candidato señaló: “Valoramos lo que ocurrió ayer con las primarias. Es una gran noticia, ya que quiere decir que en las elecciones de noviembre va a votar mucha gente. Fue tan bueno el resultado de ayer para la presidencial que da pena que se hayan farreado una primaria completa, para todos los cargos”.
“Quiero decirle al 80% de los chilenos que no votaron que vamos a convencerlos de que es importante cambiar. Pablo Longueira y Bachelet tuvieron su chance, ambos ya gobernaron, ambos ya fueron ministros y ya tuvieron su oportunidad. Ambos representan lógicas que yo no comparto. Por un lado, a la misma hora en que Bachelet nos dice que quiere una nueva política y los partidos están negociando los cupos y repartiéndose el botín del Estado, Longueira nos dice que quiere una derecha inclusiva mientras excluye temas de futuro y mantiene una vieja cadena con la dictadura”, concluyó.