Los cambios políticos no se comprenden adecuadamente sin atender a las redes intelectuales que los impulsan. Dime a qué think tank o foro político perteneces y te diré qué se puede esperar de los aires de cambio del panorama internacional. Si en América Latina o Europa soplan algunas ideas valientes o prometedoras como una renta básica o una reforma fiscal, miren quién está al timón del impulso progresista… y asegúrense de que no quede varado ni a la deriva por culpa de la desigualdad, el autoritarismo y la fuerza de arrastre de grandes corrientes conservadoras en un mundo irregularmente globalizado.
Uno de esos timoneles es el cineasta y político franco-chileno Marco Enríquez-Ominami. Ha sido tres veces candidato presidencial en Chile y es uno de los fundadores del grupo de Puebla, un foro político que pretende poner freno a la agenda de gobiernos que debilitaron los foros multilaterales. El grupo de Puebla aspira a ser una fuerza creativa, un espacio productivo de pensamiento… y de acción. Enríquez-Ominami ha conocido, integrado y entrevistado a personalidades de la talla de Pepe Mújica, Dilma Rousseff, Rafael Correa o Evo Morales. Aunque todos ellos estén de acuerdo en que la derecha defiende intereses y la izquierda defiende valores, lo cierto es que estos líderes políticos no se conocían bien entre sí. Este potente grupo viene de la alta política: presidentes y ministros, algunos de ellos no solo con experiencia sino con cicatrices, tras haber sido golpeados por nuevas formas de combate como la guerra jurídica.
A juicio de Enríquez-Ominami, ZP es el político europeo que mejor conoce la política latinoamericana.
Puede que los populismos de derechas y el conservadurismo campen a sus anchas en Latinoamérica, aventados por laboratorios de ideas y foros políticos como el grupo de Lima, pero también surgen contrapoderes, como el ya mencionado grupo de Puebla, y se dan cambios esperanzadores en el horizonte político, como la victoria de Alberto Fernández en Argentina. Al otro lado del Atlántico, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero destaca por su participación en el grupo de Puebla. También se ha añadido a la lista la actual ministra de Igualdad Irene Montero. En estos momentos, esta plataforma iberoamericana ha intentado activar recursos de amparo en Ecuador, defender a Lula, actuar como un puente entre Cuba y Venezuela y proponer moratorias sobre una deuda impagable. Tal es el éxito de la iniciativa que las malas lenguas aseguran que Macri quiere un grupo de Puebla de derechas, lo cual sería una idea tan mala como crear una FAES de izquierdas.
El grupo de Puebla tiene tres órganos: un brazo jurídico anti-lawfare, un grupo legislativo y un grupo académico inspirado por el político brasileño Marco Aurélio García. Zapatero no es una figura menor en esta organización. A juicio de Enríquez-Ominami, ZP es el político europeo que mejor conoce la política latinoamericana, mucho más que, digamos, el ex presidente socialista Felipe González. Su rol resulta clave en una materia tan sensible como la deuda pública.
Chile y el proceso constituyente
Enríquez-Ominami considera que después de doscientos años, Chile vivirá un momento constituyente. El plebiscito es algo inédito que lograron miles de jóvenes que se jugaron el tipo. El proyecto constitucional será muy accidentado porque hay numerosas elecciones. No es un camino de rosas, pero resulta fundamental. Es un gran momento para Chile porque se están dando cambios que eran impensables hace muy poco, como ocurre con la reforma que afecta a los fondos de pensiones. En Chile crujen verdades que se resquebrajan después de cuarenta años. El país fue el primer laboratorio marxista con Allende y luego se convirtió en lo que algunos llaman la Corea del Norte del capitalismo, lo que trajo una fantasía de prosperidad que hizo aguas tras el terremoto político chileno.
Chile no es la excepcionalidad política que algunos esperaban, a pesar de que figuras como Simón Bolívar son casi desconocidas. Al contrario de lo que pensaron quienes diseñaron sus políticas económicas, Chile no es una buena casa en un mal barrio, sino quizás lo contrario, una casa que arde en un barrio, América Latina, donde la gente puede ser solidaria y comprometida si llamas a su puerta.
El futuro de Enríquez-Ominami y del grupo de Puebla
Enríquez-Ominami pronto estrenará un documental sobre Venezuela que dará que hablar porque conversa con chavistas que tienen fe en aquel proyecto político a pesar de todos los pesares.
Por angas o por mangas, el grupo de Puebla es el foro político más importante que ha visto Latinoamérica y tan solo ha cumplido su primer aniversario.
Fuente: HUFFPOST