“Advertimos el crecimiento en Latinoamérica y el Caribe (LAC) de una derecha antidemocrática que avanza, sin embargo, democráticamente, con esa vieja ideología, el fascismo, que consiste en dividir entre ‘amigos y enemigos’, y cuyas posturas en contra del progresismo ponen en riesgo el pluralismo”, señala la declaración final del noveno encuentro del Grupo de Puebla, el conocido foro que reúne a relevantes políticos de la izquierda.
El encuentro se realizó en la ciudad de Puebla, México, durante el fin de semana, y contó con la asistencia de personalidades como los ex presidentes Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador; Ernesto Samper, de Colombia; y también José Luis Rodríguez Zapatero, de España. Además de la participación de la diputada Karol Cariola (PC) y del coordinador ejecutivo, el ex candidato presidencial, Marco Enriquez-Ominami.
La reunión tuvo como corolario una declaración final, en la que sus integrantes expresaron preocupación por el avance de una derecha antidemocrática, poniendo énfasis en los procesos de Argentina y Guatemala.
La reunión tuvo como corolario una declaración final, en la que sus integrantes expresaron preocupación por el avance de una derecha antidemocrática, poniendo énfasis en los procesos de Argentina y Guatemala.
“Expresamos preocupación por la Argentina, donde crecen candidaturas de ultraderecha que, en nombre de la libertad y la democracia, prometen suprimir a los opositores como si fueran enemigos, acabar con las instituciones y suprimir los derechos conquistados por la ciudadanía durante décadas. Lamentamos los descalificativos lanzados por el candidato de extrema derecha contra el Papa Francisco”, menciona la declaración.
Respecto de Guatemala, el foro denunció “los intentos de sabotear la transición al nuevo gobierno electo en Guatemala, liderado por el presidente Bernardo Arévalo y la Vicepresidenta Karín Herrera, elegidos mayoritariamente en las elecciones del 20 de agosto. Así como también denunciamos una guerra jurídica (lawfare) por parte de las autoridades judiciales, para deslegitimar la candidatura ganadora del Movimiento Semilla, incluyendo amenazas, allanamientos ilegales y detenciones arbitrarias”. En el mismo sentido, la declaración apunta a que las intervenciones de potencias extranjeras siguen siendo un gran problema para “la profundización de la democracia y la libertad en nuestra región”, citando el ejemplo de “el golpe de Estado contra Evo Morales; el préstamo récord del FMI a Mauricio Macri que condicionó e hipotecó la soberanía económica de Argentina; la intervención encabezada en Venezuela por Juan Guaidó”, entre otras.
Otro de los puntos relevantes del documento se refiere a la necesidad de una “nueva arquitectura financiera” para la región de Latinoamérica y el Caribe, en términos de crear una moneda común y nuevas instituciones financieras para solucionar los propios problemas de la región.
Al respecto, uno de los coordinadores ejecutivos del Grupo de Puebla, Marco Enríquez-Ominami, señaló que este punto es de los más destacables, por cuanto “entre Argentina y Brasil, por ejemplo, hay un intercambio comercial de más de 10 mil millones de dólares y se tiene que hacer con una moneda que no es de ellos”.
Enríquez-Ominami agregó, en conversación con Interferencia que “quisiera decirle al ex presidente de Chile, Sebastián Piñera, que creó un grupo parecido [Prosur], que cuando quieran debatimos juntos y contrastamos propuestas con reglas claras, porque Andrés Pastrana, y Sebastián Piñera, se han referido al Grupo de Puebla de manera peyorativa y desinformada.
Al mismo tiempo, se refirió a otra de las conclusiones de este encuentro, en el cual se abordó la situación de la crisis climática y las responsabilidades que le caben al respecto a las grandes potencias mundiales: “es muy importante que el mundo desarrollado entienda que respecto del caos climático, nosotros en el sur no somos los grandes contaminadores ni los grandes responsables de lo que se está viviendo, y sin embargo pagamos las consecuencias de manera obscena”, señaló, agregando además que es urgente la integración de la Celac y la Unasur para armonizar y revitalizar la armonía entre organizaciones de la región, haciendo referencia a la integración regional que propone el foro.
La declaración del Grupo de Puebla también propone “un Modelo Solidario de Desarrollo para reemplazar el Modelo Neoliberal, que se base en la inclusión social, la generación de valor, la transición ecológica y energética, en una institucionalidad social y en la construcción de una nueva ciudadanía democrática”.
Finalmente, Enríquez-Ominami señala que “hace cuatro años, cuando nacimos en la ciudad de Puebla, éramos 28 liderazgos de diez países. Hoy llegaron 101 de 21 países, de manera que Puebla sigue creciendo a pesar de la dificultad”.
Enríquez-Ominami agregó, en conversación con Interferencia que “quisiera decirle al ex presidente de Chile, Sebastián Piñera, que creó un grupo parecido [Prosur], que cuando quieran debatimos juntos y contrastamos propuestas con reglas claras, porque Andrés Pastrana, y Sebastián Piñera, se han referido al Grupo de Puebla de manera peyorativa y desinformada, pero cuando quieran debatimos sobre democracia, derechos humanos, economía, prosperidad”.
Fuente: Interferencia.cl