Hoy es la reconstitución de escena de su asesinato. Miguel Enríquez fue médico, un combatiente y un pensador que ha inspirado a muchos. Entendió que la libertad debía lograrse por distintas vías. Que la resistencia no era una opción, era una necesidad.
No solo resistió a la dictadura sino que a la infamia y la calumnia. El Régimen de la época y algunos diarios de hoy, ayer mintieron sobre su figura, su legado y sobre lo ocurrido ese día. Ahora, 42 años después y en democracia, en paz, la justicia hace su trabajo de la mano del acucioso trabajo del ministro Carroza.
Miguel también fue un hijo, amigo y un padre. Sin saberlo un abuelo que ilumina a sus nietas. No tuve la oportunidad de crecer junto a él, me habría encantado. Hoy pienso en todos los que esperaron este día con tanto anhelo. Pienso en mis abuelos, mis tíos, primos y amigos de Miguel que ya no están.
En calle Santa Fe 725, se da hoy un paso hacia la justicia y un paso hacia la esperanza de que sí se puede.
“Nada es imposible, el único obstáculo en la vida es que el corazón no persevere”.