DESARROLLO CIENTIFICO Y TECNOLOGÍCO EN CHILE
Comando Marco Enríquez-Ominami
El desarrollo económico y social va de la mano del emprendimiento, la innovación y la competitividad. A su vez, no es posible que Chile tenga tal cantidad de instrumentos de fomento productivo y que estos no logren resolver los problemas de las pymes.
A. Emprendimiento
En materia de emprendimiento, el informe Doing Business 2016, del Banco Mundial, que clasifica a 190 economías del mundo, según la facilidad para hacer negocios, señaló que Chile se encuentra en el ranking 55. Esto significa que Chile empeoró sus condiciones para hacer negocios puesto que en 2012, el país ocupaba el ranking numero 33.
Se han realizado sucesivas promesas en torno a la necesidad de redefinir el Sistema Nacional de Innovación. Piñera prometió la creación de un Ministerio de Emprendimiento e Innovación, lo cual no succedió. Sin embargo, resulta fundamental reorganizar el rol y función del Ministerio de Economía, de Innova, Conicyt y el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, todas reformas que se vienen prometiendo hace años.
Algunas propuestas:
Crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología, que absorba las funciones de Conicyt, al menos las relacionadas con el desarrollo de las líneas de investigación en CyT, programas regionales, explora, etc.
Este Ministerio debiese crear un Centro Nacional de Investigación Científica y Social (CNICYS), el cual debiese financiar líneas de investigación estratégicas y clusters, en asociación con universidades, para el desarrollo no solo económico del país, sino también cultural y social. El CNICYS debe contar con centros regionales, al menos en las grandes ciudades universitarias.
El actual Ministerio de Economía, en tanto, debiese transformarse en un Ministerio de Innovación y desarrollo, lo cual supone conservar en esta institución la actual División de Innovación, pero a la vez sumar de manera integrada los programas de Innova Chile y el actual Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad.
B. Internet
Proponemos:
Reconocer Internet como un servicio básico, lo que implica control de precios a través de decretos tarifarios, tal como ocurre actualmente con el agua potable y la electricidad.
Aumentar la cobertura y subsidios para la compra de computadores en los sectores vulnerables.
Dentro de la política de IVA diferenciado propuesta, se considera el servicio de Internet como un bien de primera necesidad, lo cual significa una reducción del IVA asociado a este servicio.