Asegura que hay diálogo con otras tiendas, además del PC. «La mayoría de los partidos de la NM han decidido abrir conversaciones con el PRO».
«Supongo que la Nueva Mayoría no es esclava de la Concertación, que es una superación de sus broncas y odios».
Doscientos catorce militantes en cinco regiones le faltan al PRO para constituirse en todo el país y poder presentar nuevamente a Marco Enríquez-Ominami como candidato a La Moneda.
Dice que está «más preparado, igual de rebelde, igual de insolente frente a las AFPs». Pero no ha repuntado en las encuestas tras ser investigado —hoy está formalizado— en el caso SQM. Pese a eso, ME-O dice que postulará por tercera vez.
—¿No está muy copada la carrera presidencial para lanzarse de nuevo?
—Lo que está copado es el Club de la Pelea; la campaña presidencial no. Y vamos a llevar la candidatura a la papeleta. El 14 de abril sabremos cuántos candidatos cumplen con requisitos legales, y el 19 de agosto cuántos se inscriben con firmas independientes.
—¿Cuántos candidatos quiere llevar el PRO a las parlamentarias?
—Le pedí a la directiva del PRO y a mis colaboradores que conversen con todos. Ya que nadie quiso ir a primarias de toda la centroizquierda como propuse, y que la primera vuelta será la gran primaria, en la que voy a estar, propongo: la mayor posibilidad de alianzas parlamentarias. Dos, que haya un pacto de gobernabilidad, un compromiso en las presidenciales y en las parlamentarias, que el que pase a segunda vuelta cuente con el respaldo del otro. Y tres, un mínimo acuerdo programático.
—Con el PC han conversado. ¿Quiere una lista parlamentaria con ellos?
—Tenemos en común una negación al derrotismo que veo en sectores de la Nueva Mayoría, que dicen que Piñera ya ganó. Sé de conversaciones que hay, pero no voy a ventilar por los diarios cómo van. Los comunistas son miembros de una coalición y respeto su rol.
—¿Prefiere pactar con toda la NM?
—La mayoría de los partidos de la NM han decidido abrir conversaciones con el PRO y ver cómo se construye una mayoría parlamentaria comprometida con el fin de las AFPs, la reactivación económica y la defensa de la educación pública.
—¿Con qué partidos?
—No es prudente ventilar conversaciones, también, con fuerzas del Frente Amplio, el uno, dos y tres, los tres que conozco. También hay reuniones con ellos.
—En el PS, Isabel Allende dijo que «puede ser un acuerdo parlamentario, no presidencial». En el PPD, Navarrete dijo que «hay que hablar con todos los de vocación de centroizquierda».
—Valoro mucho la evolución de Isabel Allende, que decía que no había nada que hablar con el PRO. También a Navarrete. En el PS y el PPD he visto vocación de construir mayorías… Supongo que la NM no es esclava de la Concertación, que es una superación de sus broncas y odios.
—¿Guillier te parece más de lo mismo? ¿O prefieres a Beatriz Sánchez?
—Me alegro mucho que Nicolás Larraín, Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier, comunicadores, den un paso hacia adelante. Ahora corresponde que pongan su capital político en las causas, no en sus candidaturas. Por ejemplo, que Guillier ponga el suyo en la Comisión de Minería, para que la Escondida tenga royalty; que le diga al PRSD que no presione al Servel para cambiar los plazos del refichaje. Esos silencios no son buenos. Pero los valoro y no haré con ellos lo que hicieron conmigo, cuando me preguntaban si estaba loco que estaba postulando.
—¿A Guillier le pide propuestas?
—Así es. Es clave escucharlo. Lamento que, cuando estaba arriba en las encuestas, no haya peleado primarias parlamentarias para todos los cargos.
—Piñera tiene los flancos judiciales; usted, formalizado en el de SQM. ¿Ambos están en la misma condición?
—Son entidades distintas. Quien ha sido funcionario y está imputado por cohecho en el caso del ministro argentino, y que siendo Presidente aparentemente se le acuse de manejar información privilegiada, eso tendrá que explicarlo. Sí tengo una diferencia que no se me ha aplicado, es que presumo la inocencia hasta que no se pruebe lo contrario.
—¿Tiene más piso ético para postular?
—Me siento plenamente preparado. Sé perfectamente que se me acusa de cosas que no he hecho.
Fuente: La Segunda