Hasta la Escuela Básica República Dominicana –establecimiento emblemático de la defensa de la educación pública– llegó el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. El centro educacional, con capacidad para mil alumnos de prekínder a 8vo Básico, fue cerrado en diciembre de 2012, pero sigue funcionando con alrededor de 80 alumnos gracias al esfuerzo de los apoderados y ex profesores.
“Durante los últimos 20 años en Chile el Estado se ha desentendido de su deber y se han cerrado casi mil liceos. En ese mismo período se han abierto 3.000 particulares subvencionados. Ahora hay una nueva ola de cierres que ocurrió hace unos meses con el argumento de que no hay suficiente matrícula y que hay que ser más eficientes”, señaló el presidenciable, quien recorrió la escuela acompañado por alumnos y sus apoderados.
“El país debe asumir que tenemos un Ministerio de Educación y alcaldes que no administran colegios. Los grandes burócratas se esconden detrás de sus escritorios sin asumir que hay que hacer una reforma urgente. Yo vengo a proponer más educación pública y no menos educación pública y un Estado que se haga cargo de sus colegios”, agregó Enríquez-Ominami.
Isabel Rivera, Presidenta del Centro de Padres del establecimiento, añadió: “El colegio está bajo control comunitario de padres y apoderados. La solución que queremos es que no cierren este establecimiento para que nuestros hijos puedan seguir estudiando acá”.
Entre las propuestas planteadas por el candidato están la desmunicipalización y devolución de los liceos al Estado, traspaso de recursos a los establecimientos de acuerdo al número de cursos existentes con un máximo de 30 alumnos y el pago de subvención por matrícula en vez de asistencia.
Consultado sobre el regreso de Michelle Bachelet a Chile, Marco Enríquez-Ominami señaló: “La derecha chilena ha sido muy mal gradecida, porque si hay un gobierno que cedió ante presiones de ese sector fue el de Michelle Bachelet. La Ley General de Educación, el nulo avance en Reforma Tributaria y apoyo a Hidroaysén fue la forma de la Concertación para no enfrentar a la derecha, por tanto, la derecha le debe mucho a la Concertación”.
Sobre la ausencia de los líderes de los partidos de la Concertación en el aeropuerto, agregó: “Las cúpulas de la Concertación son como Alf, hay que esconderlos cuando llegan las visitas”.
“Es completamente legítimo que todos queramos competir. Yo sí creo que con los mismos de siempre, con la misma agenda, el mismo equipo repetirse el gobierno es algo curioso. Con esos mismos partidos y dirigentes será muy difícil que exista un verdadero cambio en Chile”.
“Cuando yo sea Presidente los cambios serán de verdad, no vamos a regularizar o fiscalizar las irregularidades. Haremos un cambio de raíz, un cambio de reglas”.