Por: PRO de Suecia
La reconstrucción de Europa ha sido un éxito extraordinario de 70 años. un éxito que ha formado naciones y unidad continental, naciones orgullosas de su historia, de su cultura y desarrollo.
Hoy la unión europea se siente golpeada en la imagen creada de sí misma.
La industria, las fábricas, la producción de bienes de consumo se ha trasladado a otros continentes que ofrecen mayores ganancias. Las inversiones de las finanzas europeas no reconocen fronteras.los consorcios invierten en las bolsas del globo, sin temor a movimientos sociales indómitos.
El dinero que queda en los presupuestos nacionales son cada vez más reducidos y la población cada vez más longeva. La cesantía y la población fuera del sistema crece.
El endeudamiento de la población aumenta, la distribución del ingreso es más desigual que nunca.
La confianza sobre los partidos políticos es mínima. El ejercicio de la democracia está desacreditado.
Con estos ingredientes pincelados gruesamente, se cuece a fuego lento la olla europea.
Lo que ayer Europa aplaudía como la primavera árabe se ha transformado hoy en el tsunami humano más gigantesco de la historia moderna. Dos millones de personas golpean las puertas de una Europa que ha levantado 40 muros y cercas de alambres de púas en sus fronteras.
Europa está dividida frente a la catástrofe.
1.- hay una homogénea reacción nacionalista que cruza todas las naciones europeas que sienten amenazadas sus construcciones culturales, sus valores, sus códigos, su herencia. el miedo al islamismo , al importe del terror y de las tolerancias multicultural es generalizado. La inmigración ha sido el sujeto de culpa favorito de las crisis sociales y económicas de Europa en el discurso de los nacionalistas y racistas, en los últimos 20 años. Así han crecido. Comparten posiciones de gobiernos en algunos países y en otros influyen más y más para cerrar las puertas.
2.- por otro lado están las reservas éticas y morales de pueblos que no olvidan su pasado de inmigrantes o de refugiados políticos, que han contribuido por generaciones al desarrollo europeo. El derecho al asilo de las víctimas de la guerra, el respeto a los derechos humanos y la solidaridad, ha despertado a millones de ciudadanos europeos que obligan a sus respectivos gobiernos a abrir las puertas.
Países como Suecia, que se ha hecho un perfil de potencia mundial humanista, no puede ignorar una tradición que la enorgullece.
Europa está frente a muchos desafíos de grandes magnitudes, y a diferencia de 70 años atrás no se ve un plan marschal que cree el trabajo que la integración requiere.
Los corazones se abren pero no así las billeteras.
Lo que a los progresistas nos sustenta ante las crisis, es siempre la posibilidad de superarlas. la historia de Europa y del mundo lo demuestra. Las guerras se terminan (tarde o temprano) los refugiados son siempre una sangre nueva que enriquece a las naciones. La identidad de los pueblos no está en el pasado sino frente a ellas. No se puede vivir mucho tiempo con miedo. Lo único eterno es la permanente necesidad de superación y desarrollo del ser y de los pueblos.
Confiemos en las fuerzas positivas de la historia.