“Ante un crimen horroroso, como es la violación de una niña de 11 años, llamo a la unidad nacional y a los candidatos a pronunciarse sobre la despenalización”. Así comenzó su intervención el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami para referirse al caso de la niña embarazada luego de haber sido violada reiteradamente por la pareja de su madre.
“Hoy teníamos previsto presentar un conjunto de medidas sobre la salud pública en Chile relacionada a los fármacos, pero decidimos cambiar porque ha ocurrido un hecho dramático, una violación horrorosa a una niña de 11 años. Estos son los casos en los que los candidatos deben fijar posiciones”, señaló el presidenciable del Partido Progresista, Partido Liberal, Movimiento del Socialismo Allendista y otros movimientos independientes.
“Para nosotros esto es un horror, una tragedia, por lo que la pregunta es si el Estado tiene respuesta. Esta niña no tiene ni la madurez psicológica, ni la madurez afectiva, ni la madurez corporal para ser madre. Nosotros decimos de entrada que no nos gustan los abortos, a nadie le puede gustar, pero nos parece que el Estado debe hacerse cargo de la controversia ética. Si el Estado no juega un rol suficiente en lo sanitario, ese no es pretexto para que se ausente de dar una respuesta a este horror”, agregó Enríquez-Ominami, quien estuvo acompañado por su parte de su equipo programático, incluido un grupo de doctores integrantes de su equipo de Salud.
La doctora Oriele Núñez, integrante del equipo programático de Salud, señaló: “Creemos que hay un rol importante por parte del Estado respecto a la responsabilidad que debe tener frente a este tipo de situaciones. Este problema va mucho más allá del simple hecho individual que le corresponde a la familia. Se trata de un problema que incluye la atención primaria, la educación y una visión más amplia e integral respecto al tema de la salud”.
Enríquez-Ominami precisó: “La Atención Primaria de Salud debe educar a padres y colegios por medio de una estrategia territorial. En la actualidad se niega la responsabilidad social y sanitaria del Estado. Cuando hablamos de salud no se trata sólo de sanar; se trata de la salud corporal, sicológica y afectiva de las personas”.
El candidato presidencial recordó: “En 2006, siendo diputado, presenté dos leyes, una de ellas sobre los derechos de la mujer de decidir sobre su cuerpo. Ese debate fue censurado por la UDI, RN y la DC, quienes inventaron una bancada por la vida para tratar de ponernos a nosotros como la bancada por la muerte”.
“Proponemos y creemos en el aborto terapéutico con cuatro causales: el embarazo por violación, el embarazo anencefálico, y el embarazo que pone en riesgo la vida del niño por nacer o de la madre. Esa ley también la presentamos, pero este Parlamento no se ha pronunciado para avanzar y zanjar”, agregó Enríquez-Ominami.
“Es importante llamar a la unidad nacional y a los candidatos a pronunciarse sobre la despenalización. A los candidatos que triunfaron en las primarias decirles que es la hora de pronunciarse frente a estos casos que son controversias éticas. No estando de acuerdo en promover ninguna solución que signifique más aborto, sí proponemos despenalizar. Creo en el derecho de la mujer de decidir sobre su cuerpo. Creo en los derechos reproductivos igualitarios para los hombres y las mujeres en una legislación hasta las 12 semanas. Hay una discusión científica en todo el mundo, hasta las 12 semanas no se considera vida. No vamos a discutir de eso, se lo dejamos a la ciencia y no a la religión. Dicho esto, el aborto lo decide la madre –con consulta a un médico– y este médico junto a la madre deberán evaluar, pero lo más importante es que no caerán presos”, enfatizó Enríquez-Ominami.
Respecto del caso particular de la menor de 11 años, señaló: “La decisión corresponde a la madre de esa niña, junto a un médico y un Estado que acompañe esta decisión, pero hoy el Estado de Chile hace exactamente lo inverso. No acompaña desde la salud primaria, no acompaña con psicólogos y además le dice a la madre de la niña y al médico que si le pasa esto a una niña de 11 años –que no tiene la madurez psicológica de ser madre– se irán presos”.
“Lo que estamos discutiendo no es si nos gusta o no el aborto, estamos discutiendo si se deben ir presas las mujeres que tomen esa decisión. Esto ha ocurrido, ocurre y ocurrirá, y el Estado debe buscar una respuesta. Esta niña de 11 años debe saber que cuando yo sea Presidente, tendrá la garantía de que tendrá un psicólogo y un médico que, sin miedo, podrán conversar con ella y su familia para interrumpir el embarazo o no. Esa niña no está en condiciones afectivas y psicológicas de ser madre”.
Enríquez-Ominami concluyó: “Chile pertenece al club de los poquísimos Estados en el mundo en que no hay ninguna consideración para la interrupción del embarazo, y uno de ellos es el Vaticano. Me duele este caso, me conmueve e interpela, lo vi con mis hijas y Karen en familia en las noticias. No quiero que hagan la caricatura de que somos pro subsidio al aborto. Fui el único diputado de la historia que envió este proyecto de ley del derecho a decidir y, reitero, hoy los candidatos deben definir posición frente a esto, ya que no es parte de un plan de gobierno, es parte de una visión de sociedad”.