En conversación con Radio Pauta, el candidato presidencial independiente Marco Enríquez-Ominami (ME-O) analizó el rumbo económico del país y planteó la necesidad de un Estado fuerte y eficiente como parte de sus definiciones programáticas para la elección de noviembre.
Durante la entrevista, recalcó que el principal desafío de Chile es reactivar el crecimiento económico y dejar atrás la lógica de ajustes mínimos:
“La única manera de volver a crecer seriamente es con una inversión pública potente. Exactamente lo contrario a lo que proponen mis contendores. Por cada dólar público en obras, el privado suma 1,2; en energías renovables la cifra llega a 1,5. Esa es la fórmula para que Chile vuelva a crecer al 4%”, afirmó.
¿Un estado fuerte?: Más Estado y más mercado”
Enríquez-Ominami insistió en que Chile debe apostar por un modelo equilibrado:
“Un Estado fuerte no significa más burocracia, sino más seguridad, más inversión y más orden. Los países que admiramos combinan Estado y mercado. Ese es el camino que debemos seguir”.
Una candidatura independiente
El candidato independiente también señaló que su proyecto busca representar a los millones de ciudadanos que hoy se sienten fuera de la política tradicional:
“Soy la alternativa a los extremos y a la resignación. Esta candidatura no depende de partidos, depende de la fuerza de los ciudadanos que quieren un Chile con más oportunidades y menos desigualdades”.
Debate económico y escenario electoral
En el plano económico, ME-O advirtió que el país no puede seguir atrapado entre la parálisis de unos y los planteamientos radicales de otros. Destacó la importancia de discutir con seriedad sobre impuestos, la necesidad de un Estado fuerte y eficiente, empleo e inversión:
“No basta con prometer recortes o medidas aisladas. Chile necesita una estrategia clara, un Estado estratega que trabaje junto al sector privado para recuperar el dinamismo económico”.
Con estas propuestas, Enríquez-Ominami busca instalar su quinta candidatura presidencial como una alternativa de sentido común y visión de futuro en un escenario que, según afirma, está dominado por la desconfianza hacia las promesas incumplidas.