El candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami anunció hoy para su futuro gobierno la creación de un impuesto a la riqueza, el que gravará en un 1% a quienes poseen activos netos líquidos superiores a un millón de dólares, excluyendo bienes inmuebles.
El anuncio, que fue realizado en compañía de parte del equipo programático del candidato, es parte del programa económico que Enríquez-Ominami dará a conocer en los próximos días, que ha sido encabezado por el economista Andrés Solimano y que considera una reforma tributaria que pretende recaudar 12 mil millones de dólares, equivalentes a 5% del PIB.
Respecto del reavalúo fiscal de las viviendas, Patricia Morales, coordinadora programática del comando, señaló: “El valor de las contribuciones se define en base al avalúo fiscal de cada bien raíz, y lo que tenemos es que desde inicios de año se reavaluó los bienes raíces agrícolas y habitacionales. Esto significa básicamente que los locales comerciales pequeños –pero también los grandes– van a ver aumentar el avalúo fiscal en 30%, y por lo tanto tendrán que pagar más contribuciones. Esta medida afecta en su gran mayoría a las pymes, por lo tanto, nos parece que el Estado debiera evitar gravar aun más los bienes raíces que pertenecen a pymes comerciales”.
“Una propuesta innovadora en materia de reforma tributaria es crear el impuesto a la riqueza. Esto consiste en aplicar un impuesto del 1% a aquellas personas que tengan activos que no sean habitacionales por sobre el millón de dólares. Creemos que eso permite aumentar la recaudación y que tiene el principio de progresividad porque lo grave de aumentar las contribuciones es que en el reavalúo se aplica el mismo criterio impositivo a todas las propiedades”, agregó Morales.
De acuerdo con la candidatura, este impuesto recaudaría un total de 900 millones de dólares anuales, equivalentes al 0,35% del PIB.
Marco Enríquez-Ominami señaló: “Este impuesto a la riqueza significa hacer un esfuerzo. La lógica es que sea progresivo. Esto busca corregir algo de la regresividad de nuestra carga tributaria y en el contexto de la reforma tributaria más ambiciosa de las candidaturas, que supone revisar los vicios, crear impuestos verdes, abrir la discusión sobre alcoholes, tabacos, hidroeléctricas y sobre el gasto militar, para recaudar aproximadamente 12 mil millones de dólares, equivalentes a 5 puntos del PIB”.
A modo de ejemplo, el presidenciable señaló: “Todo el ajuste tributario de Piñera en materia de royalty en 2010 por el terremoto fue una recaudación de ese tipo. Efectivamente les estamos diciendo a los más ricos, a estos pocos más ricos, que hagan un esfuerzo adicional del 1%, que se aplique de manera progresiva en los activos financieros”.
“En el tema de la reforma tributaria, hay quienes siempre salen con que se va a comer la economía y generará desempleo. Sebastián Piñera, un economista, en 2009 estableció que no era necesaria ninguna reforma tributaria, que subir impuestos era innecesario, que bastaba con el crecimiento económico como garantía de redistribución”, agregó.
Consultado sobre la reforma tributaria propuesta por Michelle Bachelet, Enríquez-Ominami concluyó: “Para nosotros tiene dos vicios. La soportan los mismos que bloquearon todos los cambios tributarios, no es creíble. No puedes proponer una reforma tributaria y nombrar al mismo que se negó y bloqueó esta reforma cuando Chile tenía escenarios de abundancia. Por otra parte, nos parece poco ambiciosa porque tiene un programa poco ambicioso. Aun así, a diferencia de Matthei, creo que es un programa serio; puedo no estar de acuerdo, tiene omisiones, es confuso, pero no dudo de su calidad técnica”.