Una inédita propuesta para crear una Ley Penal Medioambiental formuló el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. El anuncio lo hizo tras conocerse las multas impuestas a Barrick Gold por el proyecto Pascua Lama, que el presidenciable calificó de “irrisorias”.
“Si uno compara el tamaño del proyecto con el monto de las multas es absurdo. Es como si el Estado le hubiese pedido a Barrick Gold que rezara dos Ave María y un Padre Nuestro y le perdonaron todos sus pecados. Se trata de un proceso de fiscalización tardío e improductivo. Acá hay empresas que compran su derecho a contaminar y ese es un problema legislativo. Debemos avanzar hacia una ley penal medioambiental, que ya existe en otros países. Hoy si contaminas pagas con tu patrimonio, lo que proponemos es pena de cárcel por ese delito”, señaló el presidenciable.
Enríquez-Ominami agregó: “Los progresistas no somos militantes de que la penalización lo resuelva todo, que más cárceles y más mano dura garanticen paz y prosperidad, pero en este caso sí vale la pena. Pascua Lama debe saber –y lo digo sin ningún ánimo de odiosidad– que los estamos observando. En 2009 fui el candidato que instaló agenda de Hidroaysén en la presidencial e interpelo a todos los demás candidatos presidenciales a fijar posición ahora sobre Pascua Lama. Nosotros decimos No y proponemos algo, la ley penal medioambiental”.
Patricia Morales, Coordinadora Programática de la campaña, sostuvo: “Lo que está ocurriendo es una grave intromisión del Presidente de la República en lo que ha sido la normativa en materia medio ambiental, y me refiero particularmente a la reunión que ha tenido con los altos directivos de Barrick Gold. Los últimos hechos han dejado claro que Barrick Gold no tiene ningún incentivo para cumplir las normas y por lo tanto para cuidar nuestro medio ambiente y nuestros recursos naturales”.
Claudia Rodríguez, encargada de estrategia territorial de la campaña, acotó: “Barrick Gold una vez más está atropellando nuestros derechos ciudadanos al pasar a llevar nuestros recursos naturales, como son nuestros glaciares. Ya en la fase de exploración empezaron a ser reducidos casi en un 30%. Esto es algo grave en una región que ya tiene serias deficiencias hídricas”.
Consultado sobre su propuesta medioambiental, Enríquez-Ominami señaló: “Cuando decimos no a Hidroaysén, no decimos no a un tipo de proyecto, sino que decimos no a una lógica, una que tiene que ver con la cambiar el sistema de preciosa del costo marginal. No estamos en contra de la hidroelectricidad, la pregunta es dónde, cómo y cuándo. Nos gustan más las centrales de pasada que las grandes hidroeléctricas. Proponemos un desembolso fiscal importante en materia de energías renovables no convencionales, creemos que esa es una inversión y no un gasto”.
Respecto de la creación de una Nueva Constitución, el presidenciable señaló: “El año 80 Pinochet hizo una casa con sus amigos y para sus amigos y dejó gente afuera. Esa Constitución era excluyente y lo es más aun hoy. La Constitución de hoy es una casa pequeña y excluyente y debemos repensarla y construirla juntos. Por eso proponemos una Asamblea Constituyente como un camino de legitimidad, que es uno de los aspectos críticos de la Constitución de 1980. Esta Constitución es como una jaula de hierro que no tiene su propia letra de muerte. Cuando sea Presidente, el 11 de marzo, el primero proyecto de ley que enviaré al Congreso será la ampliación del plebiscito de la República”.