El debate sobre los símbolos que representan nuestra historia reciente se reabrió esta semana. Marco Enríquez-Ominami, aspirante a la Presidencia como independiente, cuestionó públicamente la permanencia del monumento “Gloria y Victoria”, ubicado en plena Alameda, en la comuna de Santiago.
“Todo el respeto a los mártires de Carabineros, pero no podemos hacernos los tontos: este monumento representa el 11 de septiembre de 1973”, expresó ME-O a través de su cuenta de X.
La obra, inaugurada en 1986 en plena dictadura, fue erigida bajo el mando de Rodolfo Stange, entonces director de Carabineros e integrante de la Junta Militar. Según Enríquez-Ominami, su simbología —columnas alineadas que remiten visualmente al número 11— y su contexto histórico la convierten en un “homenaje encubierto” al Golpe de Estado.
“Chile necesita memoria, no homenajes encubiertos a la dictadura”, señaló enfático el exdiputado.
📌 La respuesta de Desbordes
El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, rechazó la propuesta. A través de redes sociales afirmó que el monumento “debe ser protegido y destacado”, argumentando que “es una alegoría a la gloria y la victoria de quienes dieron su vida por la patria”.
Desbordes añadió que la escultura “no tiene nada que ver con el 11 de septiembre” y criticó a ME-O por “ser demasiado imaginativo”.
🤝 Un homenaje que una, no que divida
Marco Enríquez-Ominami respondió reiterando su respeto a los mártires de Carabineros, pero insistió en que el país necesita símbolos que unan, no que profundicen las heridas del pasado.
“Los mártires merecen un homenaje que una al país, no que lo divida. Negar que este monumento evoca el Golpe es simplemente cerrar los ojos”, respondió.
Fuente: The Clinic