.Solo el 8% mejora su situación, mientras los hombres llegan al 15,9%. En salud y vivienda, la brecha sigue creciendo. La mayor desigualdad se da en el acceso a la salud, donde un 36,1% de las mujeres mostró una movilidad ascendente contra un 44,6% de los hombres. En el caso de la vivienda propia, solo un 20,5% de las mujeres mejoró su situación respecto de sus madres, pero un 29,2% experimentó un retroceso, superando el 24,6% de los hombres en la misma condición.
No es falta de mérito, es falta de oportunidades.
¿Por qué falta de oportunidades?
Es un asunto de oportunidades porque las mujeres enfrentan barreras estructurales que limitan su movilidad social, más allá de sus esfuerzos o méritos individuales. Algunas de estas barreras incluyen:
🔹 Brecha salarial: Las mujeres ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, lo que impacta su capacidad de ahorro, inversión y acceso a mejores condiciones de vida.
🔹 Carga de cuidados: Muchas mujeres asumen el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, lo que limita su tiempo para estudiar, trabajar o emprender.
🔹 Discriminación laboral: Menos acceso a ascensos, más informalidad y mayor inestabilidad laboral.
🔹 Acceso desigual a vivienda y salud: Créditos hipotecarios más difíciles de obtener, menos acceso a seguros de salud y pensiones más bajas.