“Las autopistas que ya cumplieron 10 o más años deben volver al Estado. No podemos seguir pagando eternamente por algo que ya se pagó”, afirmó el precandidato presidencial Marco Enríquez-Ominami en el marco de sus propuestas programáticas para las elecciones presidenciales 2025.
Enríquez-Ominami cuestionó duramente el modelo de concesiones viales que, según explicó, ha permitido extender los cobros del TAG más allá de los contratos originales, a través de nuevas obras, ampliaciones o renovaciones. “La infraestructura se financió con recursos públicos y peajes. Muchos contratos ya cumplieron su vida útil. Lo justo es liberar esas vías y usar lo recaudado en mejorar el transporte público”, añadió.
¿Qué propone concretamente?
- Revisión de contratos de autopistas que ya cumplieron 10, 15 o incluso 20 años desde su inauguración.
- Desafiliación progresiva del TAG en aquellas vías donde la inversión ya se recuperó.
- Uso redistributivo de los ingresos de autopistas aún concesionadas para financiar trenes, buses eléctricos y mejoras en el transporte público.
¿Por qué es posible?
Muchas concesiones, ya cumplieron más de 15 años. En teoría, debieron haber vuelto al Estado, pero los contratos se han ido renovando o ampliando sin que se cumpla este principio básico.
Además, el costo de las obras originales ya fue cubierto ampliamente con las tarifas cobradas.
Un nuevo pacto con los usuarios de las ciudades
La propuesta de “No más TAG” forma parte de una visión más amplia sobre cómo reconstruir la relación entre ciudadanía, Estado e infraestructura urbana. No se trata solo de eliminar peajes, sino de transformar el sistema de transporte en uno más equitativo, moderno y sostenible.
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Si estás de acuerdo con esta propuesta, si crees que llegó la hora de que el Estado asuma su rol y deje de castigar a quienes usan las autopistas para trabajar o vivir, apoya a Marco con tu patrocinio.
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El país que merecemos también empieza por liberar nuestras autopistas y recuperar lo que ya hemos pagado una y otra vez.
