La sociedad chilena ha cambiado. Las nuevas generaciones sueñan con educación de calidad, respetan el medioambiente y proponen cambios estructurales. Chile persevera en un modelo basado en la extracción de recursos naturales y buena parte de ellos son no renovables (minería). Sabemos además que el valor agregado a éstos es mínimo o nulo. La continuidad de semejante modelo de desarrollo, en el que el precio del cobre es el parámetro más importante, parece estar seriamente comprometido y exige replantear nuestras prioridades. Medidas hacia un modelo de desarrollo basado no sólo en la explotación de recursos naturales nos parecen fundamentales.
Basado en estadísticas de la OCDE [1] y Banco Mundial [2] (2010), Chile gasta 0.42% de su PIB en Investigación y Desarrollo (I&D). Bastante alejado de países como Finlandia con un 3.9% e incluso de países de la región como Brasil con un 1.16%. Dentro de los países OCDE, Chile posee los índices más bajos en la mayoría de las mediciones. Interesante es destacar el bajo 35.4% de participación de la industria en proyectos I&D, en contraste, en el total de los miembros de la OCDE la industria realiza el 60% de I&D.
Nos parece fundamental que la I&D tenga un rol central en las políticas públicas de la nación. Propuestas decisivas de corto y largo plazo son necesarias para impulsar el necesario cambio al modelo de desarrollo. De la misma manera, positivos anuncios de alianzas con importantes universidades y centros de investigación de excelencia a nivel mundial, junto con el enarbolado concepto de innovación quedarán sólo en anuncios sin una política de Estado que impulse efectivamente la I&D. Nos parece totalmente factible llegar a niveles de al menos 1% del PIB en un plazo de 4 años.
La I&D es quizás un área donde una constructiva relación mercado-Estado puede hacer la diferencia. No es dejar todo al rol del mercado, ni todo al rol del Estado la solución. Se requiere un enfoque mixto.
La razón básica para esta necesidad de ligazón Estado y mercado son los tiempos y dinámicas involucradas. El Estado tiene que hacerse cargo principalmente del largo plazo, impulsando las ciencias básicas y aplicadas, y asumiendo el riesgo de proyectos donde el beneficio económico de corto plazo es incierto. No obstante, es sabido que la ciencia básica ha sido utilizada en innumerables ocasiones para innovaciones prácticas y por ende, económicamente interesantes, donde el rol del mercado es fundamental.
Es por esta misma razón, que junto con el aporte que puedan brindar economistas, encontramos fundamental que científicos (provenientes tanto de las ciencias naturales o exactas como de las ciencias sociales), ingenieros y grupos interdisciplinarios que trabajen y estén familiarizados con estas dinámicas sean parte central del diseño, desarrollo e implementación de las respectivas políticas públicas.
I&D es central en el modelo de sociedad y desarrollo para quienes soñamos con un Nuevo Chile. Estamos persuadidos que es un eje fundamental para enfrentar los desafíos y problemas que el país enfrenta. Un ejemplo es el tema energético, donde podríamos dar el salto hacia una matriz energética más limpia, que nos haga menos vulnerables, más competitivos y que sea menos onerosa. ¿No es del todo sensato invertir en I&D aprovechando el enorme potencial de energías renovables que el país dispone y de paso generando conocimiento y tecnología desarrollada en el país?
En las líneas siguientes esbozamos algunas medidas que parecen ser primordiales en el ámbito de la I&D que nos preocupa. Estas medidas se enmarcan dentro de nuestra visión de sociedad y modelo de desarrollo para un Nuevo Chile Científico y Tecnológico:
1) Cambio en las Reglas del Juego asociadas a la Ciencia y Tecnología: Como medida central, es necesario cambiar las reglas con que la Investigación, Desarrollo, Ciencia y Tecnología son abordadas y administradas en nuestro país. Dichas reglas deben construirse desde el entendimiento del proceso y dinámicas asociadas al desarrollo científico y tecnológico. En particular, entidades encargadas de administrar y coordinar estos temas no debiesen estar bajo el alero de otros ministerios como el de Economía. Primordial es otorgar un status similar a otras áreas estratégicas para el país.
2) Desarrollo de Centros de Investigación Regionales: Desarrollar centros de investigación en regiones, enfocados en áreas y temas de primordial importancia para el país. Estos centros deben estar ligados a las universidades regionales o centros de estudios. Dichas áreas pueden estar asociadas a desafíos que el país enfrenta y que requieren un fuerte apoyo en I+D como por ejemplo el tema energético, o áreas donde el país posee ventajas comparativas, como la minería e industria agroalimentaria. Estos centros además cumplirán un rol primordial en la reinserción de científicos e investigadores nacionales cursando estudios de postgrado en el extranjero.
3) Apoyo a las Ciencias Experimentales: Es fundamental impulsar el desarrollo de laboratorios de primer nivel en ciencias experimentales y los recursos para ello asignados: Laboratorios de Física de Materiales, Biología Molecular, por ejemplo, requieren infraestructuras intensivas en capital. Sin esos recursos, no será posible desarrollar en nuestras universidades y centros de investigación los puentes necesarios entre la ciencia básica y las aplicaciones requeridas por nuestras actividades sectoriales prioritarias.
4) Ciencia y Tecnología en la sala de clases: Impulsar el interés por la innovación, ciencia y tecnología en los establecimientos educacionales de enseñanza básica y media. Es común encontrar en la biografía de grandes científicos, cómo la motivación para convertirse en científico o investigador fue impulsada por algún docente que despertó dicho interés. Se requieren docentes que dominen los nuevos desarrollos tecnológicos y científicos y sean capaces de transmitir a las nuevas generaciones de chilenos.
5) Fomentar vínculo Público – Privado: No es necesario que el Estado asuma el financiamiento de toda la investigación. Las soluciones deben ser mixtas. Importantes áreas industriales del país requieren el desarrollo de tecnologías que les ayuden a prevenir grandes pérdidas económicas, minimizar el daño al medioambiente y ser más eficientes, un par de ejemplos de esto es la industria minera y salmonera.
La historia nos muestra, una y otra vez, lo esencial que es tomar medidas oportunas asociadas a fortalecer nuestras capacidades, y nuestras ventajas comparativas, a partir de la I&D. La vulnerabilidad de nuestra matriz productiva basada en materias primas ya se hace evidente. Pilar fundamental para lograr este objetivo y movernos hacia un real desarrollo como país es reconocer y darle la importancia requerida al tema de Investigación, Desarrollo, Ciencia y Tecnología. De nosotros depende que los recursos naturales que el país dispone contribuyan efectivamente hacia este objetivo y no, como en el ejemplo de diversos países, producto de una miopía económica cortoplacista se conviertan en una maldición.
Marco Enríquez-Ominami, candidato presidencial
Jaime Parada Hoyl, Coordinador Por Un Nuevo Chile
Karina Corada Pérez, Química, Magister (c) Gestión y Planificación Ambiental, U. de Chile
Aldo González, Investigador, Centro de Biología Molecular Severos Ochoa, CSIC-UAM, España
Ernesto Guerra V., Ph.D. (c) Economía Agrícola y de Recursos, University of California, Berkeley
J. Ignacio Gutiérrez, Ph.D. (c) Biología Celular y Molecular, University of California, Berkeley
Roberto Lambert Garrido, Ph.D. en Física, University of Illinois at Urbana-Champaign
Miguel Márquez, Economista, DESS, Paris-I-Sorbonne
Matías Negrete Pincetic, Ph.D. en Ingeniería Eléctrica, University of Illinois at Urbana-Champaign
Alejandro Navarro Espinosa, Ph.D. (c) Sistemas de Potencia, University of Manchester, Reino Unido
Eric Pinto Figueroa, Ph.D. (c) en Ecología y Evolución, Université de Lausanne, Suiza
Héctor Pulgar Painemal, Ph.D. en Ingeniería Eléctrica, University of Illinois at Urbana-Champaign
Marcelo Rivas Astroza, Ph.D (c) en Bioingeniería, University of Illinois at Urbana-Champaign
Claudia Rodríguez Seeger, Dr. rer. nat., Christian-Albrechts-Universität, Kiel, Alemania
Francisco Rojas Fernández, Ph.D. en Física, University of Florida, Gainesville
Referencias
[1] http://stats.oecd.org/
[2] http://datos.bancomundial.org/indicador/GB.XPD.RSDV.GD.ZS