En conversación con El Mercurio de Antofagasta, el candidato presidencial del PRO defendió su propuesta descentralizadora. Rentas y plebiscitos regionales, así como patentes que entreguen recursos en las zonas de operación productiva, son algunos de sus puntos.
Plebiscitos regionales, que los gobiernos locales cuenten con atribuciones claras y recursos suficientes para desarrollar su labor en capacitación, infancia y turismo, así como una propuesta de rentas regionales que permita allegar mayores recursos por patentes a las regiones donde se produce actividad productiva, son parte de las propuestas de Marco Enríquez Ominami, candidato presidencial del Partido Progresista, en esta su tercera aventura presidencial.
En conversación con El Mercurio de Antofagasta ex diputado del PS sostuvo cree que es necesario que se multipliquen las regiones, como el caso de Aconcagua y Chiloé, pero siempre y cuando la Región Metropolitana también se divida.
ME-O dijo estar a favor de la elección directa de gobernadores regionales. «Para mí la descentralización tiene tres aristas y un valor. La primera es la política, que tiene que ver con plebiscitos regionales por única vez en el mandato. Luego está la dimensión administrativa a través de transferencia de competencias. Yo digo que, del Sence, infancia y turismo se vayan al gobierno regional. Y en tercer lugar pongo la descentralización fiscal, que significa que la mitad del pago de patentes se haga en la región, a través de un cálculo por hectárea del territorio que usen, por ejemplo, las mineras en la zona donde operan (…) las regiones se volvieron esclavas de Santiago (…) Y es terrible, injusto y cruel para con las regiones. Pido perdón por el lenguaje y esto es poco presidencial, pero no puedo aceptar que las regiones sean moteles de las termoeléctricas. Quiero saber si en Vitacura aceptarían un cuarto de las termoeléctricas que operan en Quillota».
Est, a su juicio, «no tiene que ver con la Constitución de Pinochet, como dicen algunos. Esto corresponde a algo que viene de hace 200 años. Y ahí quiero hacer una crítica constructiva a las regiones, para que piensen diferente. Yo apoyo que se cree la Región de Aconcagua, así como apoyé la Región de Ñuble. En una entrevista radial me pidieron apoyo para que se cree la Región de Chiloé. Y dije que sí. Pero hay un problema y creo que ningún candidato lo ha dicho y es que hay que dividir la Región Metropolitana. Si tienes una región de 7 millones de habitantes y solo regiones pequeñas haces que existan sólo dos zonas que le hacen el peso a Santiago: las de Valparaíso y Biobío, que ya fue dividida en dos. Estoy a favor de que se cree la Región de Aconcagua, pero eso no es responsable si no se divide la Región Metropolitana». El federalismo es el mejor camino, dijo, pero no el argentino ni en el mexicano, pues es más fácil «comprar» policías divididas, aseguró.
– Una de sus propuestas apunta a las rentas regionales. ¿De qué se trata?:
– «Es de dos tipos. El primero implica que se creen impuestos, por ejemplo royalties, que no existen en las regiones. El mejor ejemplo es el caso de Antofagasta y Calama, dos grandes ciudades que pagan el costo del modelo de desarrollo extractivista. Yo propongo que el 2% de ese royalty, un punto por cada ciudad, se quede en la Región de Antofagasta».
– Esta semana dijo en la Sofofa que en La Araucanía “no hay terrorismo”. ¿Qué hay, entonces, y qué define por terrorismo?:
– «Es una definición técnica. El tema del terrorismo es de la máxima delicadeza. El debate político plantea algunos criterios, como es que se deben organizar por una causa para dar miedo a una sociedad y derrumbar un Gobierno. El Gobierno de Chile nunca ha estado más fuerte, por lo que eso no se cumple. También se reproducen hechos de este tipo en Santiago, donde tiran molotov a Carabineros con banderas para una causa. En tercer lugar, pareciera que la razón no es causar miedo, sino el respeto a su lengua y la identidad. Eso no quita que yo condeno esto. Como Presidente de Chile usaré el Código Penal en contra de cualquiera que se salga del Estado de Derecho. No me temblará la mano. De ahí a subir un peldaño y afirmar que en Chile hay terrorismo, eso nos va a afectar a todos. Primero porque no resuelve el problema. Han invocado la Ley Antiterrorista y les ha ido peor. Yo fui exiliado en Francia, recurrentemente voy y ahí te puedo contar lo que es terrorismo, lo que significa ver camiones militares a la salida de todas las estaciones de trenes y en las plazas públicas. Eso significa estar en estado de emergencia. Francia nos puede contar cómo bajó su turismo producto del terrorismo. Hay que tener cuidado. Y sí, condenemos la violencia, porque los empresarios afectados tienen toda mi empatía y los familiares pueden contar conmigo».
– Si llega a La Moneda probablemente será el encargado de cerrar el juicio en el que Bolivia llevó a Chile a La Haya por su aspiración marítima. ¿Cómo va a compatibilizar su propuesta de otorgar una salida al mar con los sondeos que revelan que la mayoría de la opinión pública está en contra de eso?:
– «Yo no le voy a donar un pedazo de mar a nadie. Lo que sí propongo, y se lo dije a Evo Morales en la cara y no por Twitter como Piñera, que es un cobarde, es que ambos países retiren sus demandas en La Haya. Luego anuncié que mi primera medida será convocar a una reunión tripartita en La Paz, Tacna o Arica con los Presidentes de Chile, Perú y Bolivia, en la que vamos a repasar la agenda y necesidades de los tres países. Y antes de hablar del mar propondré que creemos una macro región administrativa y que aumentemos la inversión chilena en Bolivia. Y luego de eso no tengo problema en que Evo Morales plantee su demanda, pero no en La Haya. Y él va a escuchar mi respuesta, que será parecida a lo que le dijo Pinochet a Hugo Banzer: canje territorial. Si la Constitución boliviana no lo permite, tendrán que ver ellos cómo cambian su Constitución. El que responda a esa pregunta, como Beatriz Sánchez, sin ningún conocimiento de política exterior, Alejandro Guillier, con menos conocimiento aún, y Sebastián Piñera, dedicado a mentir sobre Bolivia, significa que no lee los tratados».
Fuente: Soy Chile