Tras un simulacro de apertura el Gobierno se niega al diálogo en relación con la reforma tributaria. Sus nuevas propuestas, sólo profundizan los aspectos problemáticos del ajuste propuesto: en particular, reducir los impuestos a las personas más ricas y fortalecer la privatización de la educación contribuyendo a un mayor debilitamiento de la educación pública, clave para la igualdad y la integración social.
El Gobierno está extremadamente ideologizado, Marco asevera “solo se acepta aumento de impuesto de primera categoría para financiar la educación, si se reducen los impuestos a los más ricos y se avanza en la privatización de la educación, pese a que ello ha demostrado que no asegura educación de calidad.
No debe extrañar esta actitud no dialogante. Con ocasión de la discusión en torno al salario mínimo dejó en evidencia su rechazo a la búsqueda de un real consenso. Más aún, su actitud frente al movimiento estudiantil se ha caracterizado por un permanente simulacro de diálogo para hacer lo que le dicta su ideología privatizadora.
Frente a esta situación, reiteramos nuestro llamado a rechazar la idea de legislar y proponer al país que sean los ciudadanos en la próxima elección presidencial que decidan lo que quieren en materia de tributación.
Eugenio agrega “Lamentablemente la oposición parlamentaria no está siendo capaz de representar la demanda ciudadana. Se constata una tremenda falta de liderazgo que impide aprovechar la mayoría existente en el Senado. Esto tiene que ver con el hecho de que la Concertación sigue concentrada en esperar la decisión de la ex presidenta y no es capaz de enfrentar sus diferencias para concordar una estrategia común de oposición. En el caso del tema tributario, los resultados de la Comisión encabezada por Ricardo Lagos Weber son contradictorios con la propuesta de Cieplan”.
Nuestra propuesta de reforma tributaria se orienta por dos principios fundamentales:
- El sistema tributario debe ayudar a una mejor distribución del ingreso, y por tanto debe ser progresivo.
- Debe aumentar los ingresos públicos de manera de financiar adecuadamente una educación pública y gratuita, un sistema universal e igualitario de salud pública, pensiones dignas para los chilenos y un real fortalecimiento de la productividad y competitividad del país.
Sobre esta base, Eugenio Rivera declara “ somos partidarios de que el impuesto a la renta asuma progresivamente el papel principal en el financiamiento fiscal, para lo cual proponemos separar la tributación de las empresas y las personas, eliminar progresivamente el FUT y diferenciar el IVA. Nos preocupa además, que la estructura tributaria incentive la economía verde e intensiva en conocimiento”.