Nilo Zúñiga Economista (UdeC)
Desde Valdivia he observado la hecatombe ambiental que hoy está sufriendo la Isla Grande de Chilwue. Hecatombe sembrada por años de malas prácticas de salmonicultura que ha potenciado al infinito la proliferación de las algas que provocan la Marea Roja. Industria que sistemáticamente a abusado de la Costa Chilota sin generar Desarrollo para sus habitantes.
Una derivada de pensamiento más profundo y sistémico me lleva a posicionar como factor de impulso de este escenario, las decisiones tomadas desde un Chile Centralista y Unitario que no conoce y subestima la potencialidad de las regiones.
Desde allí se pensó la salmonicultura como eje del Crecimiento Económico de Chile y se eligió a Chilwue como su distrito industrial, sin pensar ni aquilatar, en forma responsable, los efectos negativos de esta industria (total; los dueños de las empresas viven en Santiago).
Desde allí se gestionan día a día las pasadas administrativas a las salmoneras. Desde los ministerios centrales se ordena a las oficinas provinciales de SERNAPESCA, Dirección del Trabajo, Ministerio de medio Ambiente, entre otros, que no hagan nada con esta Industria Instalada desde las élites santiaguinas.
Desde allí se piensa el desarrollo de un territorio a más de 1.500 kilometros de distancia sin considerar la identidad y la opinión de sus habitantes en torno a un Plan de Desarrollo legitimado por la sociedad local.
Esta lógica Centralista y Unitaria es la que tiene a las regiones dependiendo de las Decisiones de Santiago sin permitir a sus ciudadanos ser Sujetos de su propia Historia y Desarrollo, entregando riquezas y recibiendo empleos precarios de industrias extractivistas basadas en los Recursos Naturales de cada región.
Por las consecuencias de las decisiones centralistas y la poca perspectiva de acierto de este tipo de Estado unitarios es que debemos generar un nuevo Paradigma de Gestión estatal basado en el Federalismo Atenuado. En mi opinión, los Progresistas debemos potenciar al máximo la institucionalidad Federativa basada en las siguientes ideas básicas:
1.- Mantener los Presupuestos regionales de los Gobiernos Regionales y de todos los aparatos que actualmente integran la compleja red de Instituciones estatales.
2.- Permitir que cada región acomode sus instituciones a sus necesidades, pertinencias y prioridades regionales, permitiendo que los presupuestos de las instituciones se prioricen según conveniencia regional. Las instituciones tienen sentido en cuanto generan Valor para sus ciudadanos. Si en una región, una institución no lo genera, debe desaparecer y sus presupuestos asignarse a Instituciones regionales que generen Valor Social relevante.
3.- Generar Directorios Sociales de las Instituciones Públicas que tomen decisiones relevantes sobre los Directivos Públicos y Sus Planes de Trabajo.
4.- Transformar los CORES en verdaderos parlamentos regionales, aumentando su número y generando espacio para que todas las fuerzas políticas se expresen en él.
5.- Generar elecciones directas de Intendentes, en base a Planes de Desarrollo Económico y Social, conocidos y auditados por la sociedad.
Si los Progresistas nos comprometemos a devolverle el poder a las regiones, seguro estaremos generando nuevas fronteras y escenarios posibles para que los territorios den un salto en productividad, desarrollo social y calidad de vida. Po otra parte, estaremos reconociendo que la inteligencia esta igualmente repartida en las regiones y haciendo entrar a la gente al desafio de hacerse cargo de sus destinos.
Nilo Zúñiga
Economista (UdeC)
Ms Economía Regional (UACH)
Ms Políticas públicas (UAI)
Valdivia, Otoño 2016