En esta entrevista, el cuatro veces candidato presidencial cuenta sobre su faceta en redes sociales, donde ha alcanzado numerosas visualizaciones. Por otra parte, analiza el panorama político y habla sobre la posibilidad de presentarse una vez más como carta presidencial.
Último mes de 2024 y los partidos políticos ya comienzan a definir los cuadros que los representarán en las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales. El panorama por la derecha está más claro: Evelyn Matthei es la carta presidencial predominante en Chile Vamos, mientras los grupos de ultra derecha tienen su propia disputa.
Por el lado de la izquierda, el panorama es incierto y no hay figuras que lideren la carrera presidencial. Una persona que sabe de carreras presidenciales es Marco Enríquez- Ominami (MEO), quien en cuatro ocasiones ha participado de esa contienda.
Hoy, alejado de los partidos políticos, recibe a Fast Check CL en su casa y repasa el escenario político y el gobierno del presidente Boric, sobre el cual comenta que “el gobierno renunció al debate, no tiene agenda, no confronta”.
Por otra parte, explica su presencia en redes sociales, donde cada día sube contenido, siendo especialmente activo en TikTok. Sobre esta faceta reflexiona y explica que “las redes sociales, a pesar de que tienen mil defectos, por lo menos permiten que algunos mostremos que existe otro Chile”.
“A la izquierda le da vergüenza ser influencer”
—Se le ha visto muy activo en redes sociales como TikTok, Youtube, etcétera. ¿Cómo nace esta idea de fortalecer estas plataformas?
Siempre fue así. En su momento, en 2009, fui uno de los primeros candidatos digitales, en los tiempos en que Facebook estaba recién llegando. Fui de los primeros que lanzó su campaña por Facebook, te diría, que en el mundo. Entonces vengo de muy atrás en esto. Soy un nativo de la comunicación.
En el mundo digital he tenido vaivenes de momentos de alto impacto y momentos de bajo, y en eso no hay una estrategia nueva. Lo que pasa es que ahora está resultando, que es distinto. Efectivamente, en el equipo dedicamos dos horas semanales a grabar videos: se discute, se hacen guiones, se debate y en 20 minutos decimos, démosle. Se graba mucho pero no todo se publica. Y juego el juego, he hecho el ridículo en algunos, otros no.
—La idea de lo que va a hacer, los trends que va a seguir ¿vienen de usted o alguien ve eso?
Es una mezcla, somos muchos los que lo vemos. Creo que los líderes políticos, si quieren entenderse con gente joven tienen que participar de las plataformas, utilizarlas y no que te utilicen.
Esa es la razón de estar a este nivel de intensidad en redes sociales. Ya lo anticipé a los 26 años cuando asesoraba a Ricardo Lagos y dije tiene que ir a “Morandé con Compañía”. Lo que te quiero decir es que los líderes públicos, si quieren tener impacto deben estar dispuestos para ir lejos. Ahora, otra cosa es con qué mensaje, qué ganas, etcétera. Yo calculo que en las redes sociales salgo ganando, si perdiera no lo haría más.
—¿Cuál es su finalidad con esta estrategia en redes sociales? ¿Qué es lo que usted busca al final?
Primero, los políticos quieren hacer que vivamos en “tontilandia“: un país lleno de tontos, y yo me niego, yo quiero vivir en Chile, no en “tontilandia“. Nos están tomando el pelo de manera mayúscula.
Nos están tomando por imbéciles, porque las tres derechas están de acuerdo: la Concertación, el Frente Amplio y la derecha. Todas las derechas están de acuerdo que la reforma previsional es un avance, pero esa reforma no va a cambiar el problema de fondo. Las AFP están muertas para pagar pensiones.
Las redes sociales, a pesar de que tienen mil defectos, por lo menos permiten que algunos mostremos que existe otro Chile, uno distinto. Y no nos va mal, por ejemplo, ayer tuvimos un live con 2.300 personas en vivo en una conversación sobre AFP.
Recuerdo que esa elección entre Lagos y Lavín fue voto a voto, casi perdimos. Yo decía que Lavín había entendido lo que tenía que hacer. Por otra parte, creo que en los noventas nosotros manejamos mejor la publicidad, en los 2000 lo comunicacional, pero la derecha maneja mejor las redes sociales, entonces no se las entreguemos.
—¿Por qué cree que no hay un manejo productivo de la izquierda en este aspecto?
Porque a la izquierda le da vergüenza ser influencer.
—¿Por qué?
Hay varias cosas. Yo vengo de la publicidad y el cine, por lo cual conozco la capacidad narrativa de síntesis. Las redes sociales en un minuto van a narrar, entonces llevar la política a esa narrativa es muy complejo. La atención dura trece segundos, quince segundos. A nosotros cuando nos va bien son cuarenta segundos, pero por lo general son siete. La comunicación es muy jodida y en ese sentido la derecha tiene ideas más primitivas: No al aborto, Sí a la vida; en AFP, con mi plata no. Mensajes veloces, y la velocidad ayuda a la imbecilidad.
“El Frente Amplio hizo que la Constitución de Pinochet lograra lo imposible: que una Constitución ilegítima del año 80 ahora sea hiperdemocrática”
— Al final se podría decir que pasa porque las consignas de izquierda son más difíciles de resumir y simplificar. Entonces, ¿cómo la izquierda baja sus premisas a estas plataformas?
Primero, hay que confrontar. La izquierda y el gobierno decidió seducir a los poderes fácticos, cuando hay que confrontarlos. Yo denuncio que en Chile las AFP son dueñas del pensamiento y que hay una reflexión única en materia previsional.
En las redes sociales hay un dilema: confrontas o no confrontas. El que quiera arbitrar, que se dedique a otra cosa. El que quiera hacer el bien sin aceptar los grises del bien, que funde una iglesia. En las redes sociales, primero confrontar, después una vez que quieres confrontar hay que saber también comunicar y buscar la sustancia del argumento.
El problema de la izquierda con las redes sociales es que tienen pudor y desprecio por su público; es una izquierda que desprecia a su pueblo, que encuentra patético todo. A la gente de izquierda no le gusta publicar ridiculeces pero ven ridiculeces, y encuentran patético todo. Yo igual veo ridiculeces, veo deportes y soy un imbécil, no, también leo filosofía. Se puede hacer las tres cosas juntas.
En lo personal, no tengo pudor y la izquierda es aristocratizante. A la izquierda le da vergüenza y yo no tengo miedo, es un costo que hay que pagar para entrar a las redes sociales.
—¿Cómo cree que convergen al final las redes sociales con la política?
Yo diría que convergen siempre, porque las redes sociales son un espacio de percepciones, de construcción de percepciones. Hay ideas que tienen resistencia. Por ejemplo, un 30% de los gringos creen que nunca llegaron a la luna, que es mentira, es un hecho que tiene resistencia, es un debate. Hay que aceptar que las redes sociales son un terreno en disputa.
—¿Qué piensa de que programas como “Morandé con Compañía” vuelvan a la TV abierta, como también los programas de farándula?
Es el vacío que deja la política.
—La política también se ha farandulizado mucho.
Creo otra cosa. El gobierno renunció al debate, no tiene agenda, no confronta. Quedamos con un gobierno en el que su pacto político se llama Apruebo Dignidad y se rechazó dos veces un texto constitucional. Nada tiene sentido. La farándula es mucho más interesante y con toda la razón del mundo.
El Frente Amplio hizo que la Constitución de Pinochet lograra lo imposible: que una Constitución ilegítima del año 80 ahora sea hiperdemocrática. Fue validada en septiembre del 2022, en mayo del 2023 y en diciembre del 2023, con votos obligatorios y con la mayor participación de la historia de Chile.
Entonces, claro que la farándula es mucho más interesante que esto otro, si lo otro ya no es creíble. Yo estoy en la decepción total pero como soy un animal político no me la permito, porque tengo que luchar.
—Hoy ya fuera de la política partidaria, ¿qué opinión tiene de ésta?
Hace 15 años que no tengo cargo público, y ahora como soy muy conocido, la gente cree que soy un político y una autoridad. Pero soy independiente, no milito en ningún partido y no participo en ninguna institución política. Y digo esto porque la gente dice ‘ustedes tienen que hacer algo’ pero yo no he sido electo en 15 años.
Y nunca he querido ser autoridad, porque justamente tengo una peor opinión de la clase política, obviamente hay excepciones, pero mi visión sobre la clase política es peor. Por ejemplo, el debate de la AFP me da vergüenza ajena. Por suerte la gente está decepcionada y no le dan bola porque a nadie le produce excitación esa reforma. El sistema de AFP está muerto para pagar pensiones dignas, no tiene por dónde.
Y esto es importante. Aquí no es que el gobierno haya sido bloqueado por la derecha en reformas importantes, no presentaron las reformas, porque una cosa es presentarlas y que te las rechacen, ahí sí te bloquearon, pero si no las presentas la derecha no puede votar en contra. Boric, Vallejo, Jackson eran dirigentes estudiantiles, ¿me puede buscar el proyecto de ley de Educación Pública Gratuita Universal como un derecho? ¿La nueva Constitución? Ups, se perdió.
“Si no soy un imprescindible, no seré candidato“
—¿Volvería a la política activa?
Me ofrecieron ser gobernador, alcalde, concejal, consejero regional, senador, diputado, pero no, porque no lo necesito. Mi forma de ayudar a mi pueblo, porque yo yo a este país lo adoro, lo amo, es otra. Tengo una relación apasionada con mi patria y no creo en este sistema político, por eso estuve tanto a favor de una nueva Constitución.
Yo quiero un cambio mucho más sustantivo, un cambio tranquilo porque soy un demócrata republicano, pero quiero un cambio republicano, uno dentro de las reglas.
Sé que los partidos políticos, en sus bases, son mucho más vanguardistas y audaces que sus dirigentes. Ahora, veremos si más adelante se abre un camino para algo colectivo más ambicioso.
—En encuestas ha comenzado a marcar puntos su nombre. Ante la carencia de figuras en la centro izquierda e izquierda, ¿estaría dispuesto a ir a una presidencial por quinta vez?
Primero, ¿tú votas por mí?
—El voto es secreto.
Entonces, mi respuesta también. Mucha gente me pide que sea candidato, y si yo le creo a lo que dice la calle, yo soy presidente electo cuatro veces, pero no es verdad porque algo ha pasado que cada elección que me dicen ‘Marco, usted es más preparado, sea candidato, usted es el cambio’, y no gano.
Quiere decir que todavía me falta conversar de una manera distinta con una parte de Chile. Hay una parte que ha votado por mí mucho, acusado, metido en tribunal, igual he sacado resultados sorprendentes. Hay un pueblo que me cree y me acompaña, pero hay uno que no lo hace. Ese pueblo que no me acompaña, que no me ha acompañado, me observa a mí y yo los observo de vuelta, porque les quiero proveer un cambio tranquilo, pero si no soy un imprescindible, no seré candidato.
Porque no soy imprescindible. Se puede hacer política sin mí, claramente. La política avanza perfectamente sin mí. Entonces, para ser honesto, hoy no lo veo.
— Pero, ¿es algo que a usted le gustaría?
El combate de mi vida ha sido cambiar mi país, lo hice con series de televisión, fundando un medio de comunicación, fundaciones. Si tú revisas mi historia desde que tengo 17 años no he parado de tratar de empujar los límites de lo posible en mi sociedad. Sería mentir decirte ‘ya me jubilé’, no, no me he jubilado nada.
Fuente: Fastcheck.cl